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MIÉRCOLES 1
Solemnidad de Santa María, Madre de Dios – Jornada Mundial de la Paz
ANTÍFONA DE ENTRADA
Te aclamamos, santa Madre de Dios, porque has dado a luz al Rey, que gobierna el cielo y la tierra por los siglos de los siglos.
Se dice Gloria
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que por la fecunda virginidad de María diste al género humano el don de la salvación eterna, concédenos sentir la intercesión de aquella por quien recibimos al autor de la vida, Jesucristo, tu Hijo, Señor nuestro.
Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro de los Números (6, 22-27)
En aquel tiempo, el Señor habló a Moisés y le dijo: “Di a Aarón y a sus hijos: ‘De esta manera bendecirán los israelitas: El Señor te bendiga y te proteja, haga resplandecer su rostro sobre ti y te conceda su favor. Que el Señor te mire con benevolencia y te conceda la paz’.
Así invocarán mi nombre sobre los israelitas y yo los bendeciré”.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL (SALMO 66)
R/. Ten piedad de nosotros, Señor y bendícenos.
Ten piedad de nosotros y bendícenos; vuelve, Señor, tus ojos a nosotros. Que conozca la tierra tu bondad y los pueblos tu obra salvadora. R/.
Las naciones con júbilo te canten, porque juzgas al mundo con justicia; con equidad tú juzgas a los pueblos y riges en la tierra las naciones. R/.
Que te alaben, Señor, todos los pueblos, que los pueblos te aclamen todos juntos. Que nos bendiga Dios y que le rinda honor el mundo entero. R/.
SEGUNDA LECTURA
De la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas (4, 4-7)
Hermanos: Al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que estábamos bajo la ley, a fin de hacernos hijos suyos. Puesto que ya son ustedes hijos, Dios envió a sus corazones el Espíritu de su Hijo, que clama “¡Abbá!”, es decir, ¡Padre! Así que ya no eres siervo, sino hijo; y siendo hijo, eres también heredero por voluntad de Dios.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Mt 1, 1-2)
R/. Aleluya, aleluya.
En distintas ocasiones y de muchas maneras habló Dios en el pasado a nuestros padres, por boca de los profetas. Ahora, en estos tiempos, nos ha hablado por medio de su Hijo. R/.
EVANGELIO
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas (2, 16-21)
En aquel tiempo, los pastores fueron a toda prisa hacia Belén y encontraron a María, a José y al niño, recostado en el pesebre.
Después de verlo, contaron lo que se les había dicho de aquel niño y cuantos los oían, quedaban maravillados. María, por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón.
Los pastores se volvieron a sus campos, alabando y glorificando a Dios por todo cuanto habían visto y oído, según lo que se les había anunciado.
Cumplidos los ocho días, circuncidaron al niño y le pusieron el nombre de Jesús, aquel mismo que había dicho el ángel, antes de que el niño fuera concebido.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Se dice Credo.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Al celebrar hoy a Santa María, Madre de Dios, oremos por nosotros y por todos los hombres y mujeres que buscan a Dios y digamos juntos:
R/. Mira a la Madre de tu Hijo y escúchanos.
Para que la sabiduría, que procede de lo alto, ilumine a nuestros sacerdotes para que en nombre de Dios promuevan la paz y la justicia. Oremos.
Para que el Señor bendiga a su Iglesia, la proteja, y haga que sea, como María, Madre de los creyentes. Oremos.
Para que el Señor tenga piedad de nuestra sociedad y manifieste su cercanía a todos los que sufren, están tristes o viven marginados. Oremos.
Para que María, modelo de mujer y de madre, ayude a todas las mujeres a vivir con dignidad. Oremos.
Para que María mantenga unidos a los cristianos y nos ayude a acoger a Jesús en nuestra vida. Oremos.
Para que Dios nuestro Señor nos dé un año feliz, alegrándonos con los bienes de la tierra y enriqueciéndonos con los del cielo. Oremos.
Mira a tu Madre, Señor, y escucha nuestras oraciones, y ya que es también nuestra Madre, haz que vivamos siempre bajo su protección para que Ella guíe nuestros pasos hacia Ti.
Que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor Dios, que das origen y plenitud a todo bien, concédenos que, al celebrar, llenos de gozo, la solemnidad de la Santa Madre de Dios, así como nos gloriamos de las primicias de su gracia, podamos gozar también de su plenitud.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Prefacio V de Santa María Virgen
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN
Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por todos los siglos.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, que estos sacramentos celestiales que hemos recibido con alegría, sean fuente de vida eterna para nosotros, que nos gloriamos de proclamar a la siempre Virgen María como Madre de tu Hijo y Madre de la Iglesia.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
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JUEVES 2
Memoria de los santos Basilio Magno y Gregorio Nacianceno, obispos y doctores de la Iglesia
ANTÍFONA DE ENTRADA
Los pueblos proclamen la sabiduría de los santos, y la Iglesia cante sus alabanzas; sus nombres vivirán por los siglos de los siglos.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que te dignaste instruir a tu Iglesia con los ejemplos y enseñanzas de los santos obispos Basilio Magno y Gregorio Nacianceno, haz que aprendamos humildemente tu verdad y por la caridad la pongamos en práctica.
Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.
PRIMERA LECTURA
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (2, 22-28)
Hijos míos: ¿Quién es el mentiroso, sino aquel que niega que Jesús es Cristo? Ese es el anticristo, porque niega al Padre y al Hijo. Nadie que niegue al Hijo posee al Padre; pero quien reconoce al Hijo, posee también al Padre. Que permanezca, pues, en ustedes lo que desde el principio han oído. Si permanece en ustedes lo que han oído desde el principio, también ustedes permanecerán en el Hijo y en el Padre. Esta es la promesa que él mismo nos hizo: la vida eterna.
Les he escrito esto, pensando en aquellos que tratan de inducirlos al error. Recuerden que la unción que de él han recibido, permanece en ustedes y no necesitan enseñanzas de nadie; esta unción, que es verdad y no mentira, los ilustra a través de todas las cosas; permanezcan, pues, en él, como la unción les enseña.
Así pues, hijos míos, permanezcan en él, para que, cuando él se manifieste, tengamos plena confianza y no nos veamos confundidos por él en el día de su venida.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL (SALMO 97)
R/. Cantemos la grandeza del Señor.
Cantemos al Señor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas. Su diestra y su santo brazo le han dado la victoria. R/.
El Señor ha dado a conocer su victoria y ha revelado a las naciones su justicia. Una vez más ha demostrado Dios su amor y su lealtad hacia Israel. R/.
La tierra entera ha contemplado la victoria de nuestro Dios. Que todos los pueblos y naciones aclamen con júbilo al Señor. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Mt 1, 1-2)
R/. Aleluya, aleluya.
En distintas ocasiones y de muchas maneras habló Dios en el pasado a nuestros padres, por boca de los profetas. Ahora, en estos tiempos, nos ha hablado por medio de su Hijo. R/.
EVANGELIO
† Lectura del santo Evangelio según san Juan (1, 19-28)
Este es el testimonio que dio Juan el Bautista, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén a unos sacerdotes y levitas para preguntarle: “¿Quién eres tú?”
El reconoció y no negó quién era. El afirmó: “Yo no soy el Mesías”. De nuevo le preguntaron: “¿Quién eres, pues? ¿Eres Elías?” El les respondió: “No lo soy”. “¿Eres el profeta?” Respondió: “No”. Le dijeron: “Entonces dinos quién eres, para poder llevar una respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo?” Juan les contestó: “Yo soy la voz que grita en el desierto: ‘Enderecen el camino del Señor’, como anunció el profeta Isaías”.
Los enviados, que pertenecían a la secta de los fariseos, le preguntaron: “Entonces ¿por qué bautizas, si no eres el Mesías, ni Elías, ni el profeta?” Juan les respondió: “Yo bautizo con agua, pero en medio de ustedes hay uno, al que ustedes no conocen, alguien que viene detrás de mí, a quien yo no soy digno de desatarle las correas de sus sandalias”.
Esto sucedió en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde Juan bautizaba.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, este sacrificio que, para tu gloria, tu pueblo ofrece en honor de los santos Basilio y Gregorio, y concédenos alcanzar la eterna salvación.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Prefacio de los Santos Pastores
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN
Nosotros predicamos a Cristo crucificado: a Cristo, fuerza de Dios y sabiduría de Dios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que esta mesa celestial, Dios todopoderoso, robustezca y aumente el vigor espiritual de todos los que celebramos la festividad de los santos Basilio y Gregorio, para que conservemos íntegro el don de la fe y caminemos por el sendero de la salvación que él nos señaló.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
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VIERNES 3
Feria del Tiempo de Navidad (El Santísimo Nombre de Jesús)
ANTÍFONA DE ENTRADA
Una luz se levanta en las tinieblas para los hombres de corazón recto: el Señor clemente, justo y compasivo.
ORACIÓN COLECTA
Te rogamos, Señor, que ilumines bondadosamente a tus fieles e inflames siempre sus corazones con el resplandor de tu gloria, para que constantemente reconozcamos a nuestro Salvador y lo acojamos de verdad.
Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.
PRIMERA LECTURA
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (Jn 2, 29 – 3, 6)
Queridos hijos: Si ustedes saben que Dios es santo, tienen que reconocer que todo el que practica la santidad ha nacido de Dios. Miren cuánto amor nos ha tenido el Padre, pues no sólo nos llamamos hijos de Dios, sino que lo somos. Si el mundo no nos reconoce, es porque tampoco lo ha reconocido a él.
Hermanos míos, ahora somos hijos de Dios, pero aún no se ha manifestado cómo, seremos al fin. Y ya sabemos que, cuando él se manifieste, vamos a ser semejantes a él, porque lo veremos tal cual es. Y todo el que tiene puesta en él esta esperanza, procura ser santo, como Jesucristo es santo. Todo el que comete pecado quebranta la ley, puesto que el pecado es quebrantamiento de la ley. Y si saben ustedes que Dios se manifestó para quitar los pecados, es porque en él no hay pecado. Todo el que permanece en Dios, no peca. Todo el que vive pecando, es como si no hubiera visto ni conocido a Dios.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL (SALMO 97)
R/. Aclamemos con júbilo al Señor.
Cantemos al Señor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas. Su diestra y su santo brazo le han dado la victoria. R/.
La tierra entera ha contemplado la victoria de nuestro Dios. Que todos los pueblos y naciones aclamen con júbilo al Señor. R/.
Cantemos al Señor al son del arpa, suenen los instrumentos. Aclamemos al son de los clarines al Señor, nuestro rey. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Jn 1, 14 ; Jn 1, 12)
R/. Aleluya, aleluya.
Aquel que es la Palabra se hizo hombre y habitó entre nosotros. A todos los que lo recibieron les concedió poder llegar a ser hijos de Dios. R/.
EVANGELIO
† Lectura del santo Evangelio según san Juan (Jn 1, 29-34)
En aquel tiempo, vio Juan el Bautista a Jesús, que venía hacía él, y exclamó: “Este es el Cordero de Dios, el que quita el pecado del mundo. Este es aquel de quien yo he dicho: ‘El que viene después de mí, tiene precedencia sobre mí, porque ya existía antes que yo’. Yo no lo conocía, pero he venido a bautizar con agua, para que él sea dado a conocer a Israel”. Entonces Juan dio este testimonio: “Vi al Espíritu descender del cielo en forma de paloma y posarse sobre él. Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: ‘Aquel sobre quien veas que baja y se posa el Espíritu Santo, ése es el que ha de bautizar con el Espíritu Santo’. Pues bien, yo lo vi y doy testimonio de que éste es el Hijo de Dios”.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta benignamente, Señor, los dones de tu pueblo, para que recibamos, por este sacramento celestial, aquello mismo que el fervor de nuestra fe nos mueve a proclamar.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN
En esto se manifiesta el amor que Dios nos tiene: en que envió al mundo a su Hijo único, para que vivamos por él.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor Dios, que nos unes a ti al permitirnos participar en tus sacramentos, realiza su poderoso efecto en nuestros corazones, y que la misma recepción de este don tuyo nos haga más dignos de seguirlo recibiendo.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
4
SÁBADO 4
Feria del Tiempo de Navidad
ANTÍFONA DE ENTRADA
Envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, para que recibiéramos la dignidad de hijos adoptivos.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, que con la venida de tu Unigénito has hecho resplandecer sobre el mundo una luz nueva, concédenos, que, así como Jesucristo, al nacer de la Virgen María, ha querido compartir nuestra condición humana, así también nosotros lleguemos a compartir en su Reino la gloria de su divinidad.
Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.
PRIMERA LECTURA
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (Jn 3, 7-10)
Hijos míos: No dejen que nadie los engañe. Quien practica la santidad es santo, como Cristo es santo. Quien vive pecando, se deja dominar por el diablo, ya que el diablo es pecador
desde el principio. Pues bien, para eso se encarnó el Hijo de Dios: para deshacer las obras del diablo.
Ninguno que sea hijo de Dios sigue cometiendo pecados, porque el germen de vida que Dios le dio permanece en él. No puede pecar, porque ha nacido de Dios.
En esto se distinguen los hijos de Dios de los hijos del diablo: todo aquel que no practica la santidad, no es de Dios; tampoco es de Dios el que no ama a su hermano.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL (SALMO 97)
R/. Toda la tierra ha visto al Salvador.
Cantemos al Señor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas. Su diestra y su santo brazo le han dado la victoria. R/.
Alégrense el mar y el mundo submarino, el orbe y todos los que en él habitan. Que los ríos estallen en aplausos y las montañas salten de alegría. R/.
Regocíjese todo ante el Señor, porque ya viene a gobernar el orbe. Justicia y rectitud serán las normas con las que rija a todas las naciones. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Heb 1, 1-2)
R/. Aleluya, aleluya.
En distintas ocasiones y de muchas maneras habló Dios en el pasado a nuestros padres, por boca de los profetas. Ahora, en estos tiempos, nos ha hablado por medio de su Hijo. R/.
EVANGELIO
† Lectura del santo Evangelio según san Juan (Jn 1, 35-42)
En aquel tiempo, estaba Juan el Bautista con dos de sus discípulos, y fijando los ojos en Jesús, que pasaba, dijo: “Este es el Cordero de Dios”. Los dos discípulos, al oír estas palabras, siguieron a Jesús. Él se volvió hacia ellos, y viendo que lo seguían, les preguntó: “¿Qué buscan?” Ellos le contestaron: “¿Dónde vives, Rabí?” (Rabí significa ‘maestro’). Él les dijo: “Vengan a ver”.
Fueron, pues, vieron dónde vivía y se quedaron con él ese día. Eran como las cuatro de la tarde. Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron lo que Juan el Bautista decía y siguieron a Jesús. El primero a quien encontró Andrés, fue a su hermano Simón, y le dijo: “Hemos encontrado al Mesías” (que quiere decir ‘el ungido’). Lo llevó a donde estaba Jesús y éste, fijando en él la mirada, le dijo: “Tú eres Simón, hijo de Juan. Tú te llamarás Kefás” (que significa Pedro, es decir, ‘roca’).
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor Dios, fuente de toda devoción sincera y de la paz, concédenos honrar de tal manera tu majestad con estos dones, que, al participar en estos santos misterios, todos quedemos unidos en un mismo sentir.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN
De su plenitud todos hemos recibido gracia sobre gracia.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, que tu pueblo, al que diriges con variados auxilios, obtenga de tu misericordia la ayuda presente y la futura, para que, recibiendo el necesario consuelo de las cosas pasajeras, más confiadamente aspire a las eternas.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
5
DOMINGO 5
Solemnidad de la Epifanía del Señor
ANTÍFONA DE ENTRADA
Miren que ya viene el Señor todopoderoso; en su mano están el reino, la potestad y el imperio.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que en este día manifestaste a tu Unigénito a las naciones, guiándolas por la estrella, concede a los que ya te conocemos por la fe, que lleguemos a contemplar la hermosura de tu excelsa gloria.
Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del profeta Isaías (Is 60, 1-6)
Levántate y resplandece, Jerusalén, porque ha llegado tu luz y la gloria del Señor alborea sobre ti. Mira: las tinieblas cubren la tierra y espesa niebla envuelve a los pueblos; pero sobre ti resplandece el Señor y en ti se manifiesta su gloria. Caminarán los pueblos a tu luz y los reyes, al resplandor de tu aurora.
Levanta los ojos y mira alrededor: todos se reúnen y vienen a ti; tus hijos llegan de lejos, a tus hijas las traen en brazos. Entonces verás esto radiante de alegría; tu corazón se alegrará, y se ensanchará, cuando se vuelquen sobre ti los tesoros del mar y traigan las riquezas de los pueblos. Te inundará una multitud de camellos y dromedarios, procedentes de Madián y de Efá. Vendrán todos los de Sabá trayendo incienso y oro y proclamando las alabanzas del Señor.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL (SALMO 71)
R/. Que te adoren, Señor, todos los pueblos.
Comunica, Señor, al rey tu juicio y tu justicia, al que es hijo de reyes; así tu siervo saldrá en defensa de tus pobres y regirá a tu pueblo justamente. R/.
Florecerá en sus días la justicia y reinará la paz, era tras era. De mar a mar se extenderá su reino y de un extremo al otro de la tierra. R/.
Los reyes de occidente y de las islas le ofrecerán sus dones. Ante él se postrarán todos los reyes y todas las naciones. R/.
Al débil librará del poderoso y ayudará al que se encuentra sin amparo; se apiadará del desvalido y pobre y salvará la vida al desdichado. R/.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los efesios (3, 2-3. 5-6)
Hermanos: Han oído hablar de la distribución de la gracia de Dios, que se me ha confiado en favor de ustedes.
Por revelación se me dio a conocer este misterio, que no había sido manifestado a los hombres en otros tiempos, pero que ha sido revelado ahora por el Espíritu a sus santos apóstoles y profetas: es decir, que, por el Evangelio, también los paganos son coherederos de la misma herencia, miembros del mismo cuerpo y partícipes de la misma promesa en Jesucristo.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Mt 2, 2)
R/. Aleluya, aleluya.
Hemos visto su estrella en el oriente y hemos venido a adorar al Señor. R/.
EVANGELIO
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo (Mt 2, 1-12)
Jesús nació en Belén de Judá, en tiempos del rey Herodes. Unos magos de Oriente llegaron entonces a Jerusalén y preguntaron: “¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos surgir su estrella y hemos venido a adorarlo”.
Al enterarse de esto, el rey Herodes se sobresaltó y toda Jerusalén con él. Convocó entonces a los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron: “En Belén de Judá, porque así lo ha escrito el profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres en manera alguna la menor entre las ciudades ilustres de Judá, pues de ti saldrá un jefe, que será el pastor de mi pueblo, Israel”.
Entonces Herodes llamó en secreto a los magos, para que le precisaran el tiempo en que se les había aparecido la estrella y los mandó a Belén, diciéndoles: “Vayan a averiguar cuidadosamente qué hay de ese niño, y cuando lo encuentren, avísenme para que yo también vaya a adorarlo”.
Después de oír al rey, los magos se pusieron en camino, y de pronto la estrella que habían visto surgir, comenzó a guiarlos, hasta que se detuvo encima de donde estaba el niño.
Al ver de nuevo la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa y vieron al niño con María, su madre, y postrándose, lo adoraron.
Después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Advertidos durante el sueño de que no volvieran a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Se dice Credo.
PLEGARIA UNIVERSAL
Oremos a Dios con un espíritu muy abierto al mundo entero.
Después de cada petición diremos: Escúchanos, Padre.
Por todos los cristianos, por todos los que sentimos la alegría de creer en Jesús. Oremos.
Por los hombres y mujeres de buena voluntad que no han descubierto aún el gozo de la fe. Oremos.
Por los países de misión, y para que cada vez sean más los sacerdotes y religiosos, hijos de aquellas tierras. Oremos.
Por los niños y niñas que hoy viven esta fiesta llenos de alegría; por los niños y niñas que sufren la pobreza o el abandono. Oremos.
Por las enfermeras y enfermeros y por los enfermos a quienes atienden. Oremos.
Por cada uno de nosotros, por nuestras familias y nuestros amigos. Oremos.
Escucha, Padre, nuestra oración, y derrama tú Espíritu en nuestros corazones.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira, Señor, con bondad los dones de tu Iglesia, que no consisten ya en oro, incienso y mirra, sino en tu mismo Hijo, Jesucristo, que, bajo las apariencias de pan y de vino, va a ofrecerse en sacrificio y a dársenos en alimento,
Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
PREFACIO DE LA EPIFANÍA
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y fuente de salvación darte gracias y alabarte siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque hoy has revelado en Cristo, el misterio de nuestra salvación, para iluminar con su luz a todos los pueblos; ya que, al manifestarse tu Hijo en nuestra carne mortal, nos has restaurado con la gloria de su inmortalidad.
Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo…
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Cfr. Mt 2, 2)
Hemos visto su estrella en el oriente y venimos con regalos a adorar al Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que tu luz, Señor, nos guíe y nos acompañe siempre para que comprendamos, cada día más, este sacramento en el que hemos participado y podamos recibirlo con mayor amor.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
LA POSTRACIÓN DE LOS REYES MAGOS ES EL SIGNO DE QUIENES DEJAN DE LADO SUS IDEAS Y DAN ESPACIO A DIOS (ÁNGELUS DEL 6 DE ENERO DE 2022)
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días, buena fiesta!
Hoy, solemnidad de la Epifanía, contemplamos el episodio de los magos, que emprenden un largo y extenuante viaje para ir a adorar al «Rey de los judíos». Los guía el signo prodigioso de una estrella, y cuando al final llegaron a la meta, en lugar de encontrar algo prodigioso, ven a un niño con su madre. Podrían haber protestado: “¿Todo un largo camino y tantos sacrificios para ver a un niño pobre?”.
Y, sin embargo, no se escandalizan y no se sienten defraudados. No se quejan. ¿Qué hacen? Se postran.
«Entraron en la casa —dice el Evangelio—; vieron al niño con su madre María y, postrándose, le adoraron».
¡Pensemos en estos sabios que llegan de lejos, ricos, cultos y famosos, y se postran, es decir, se inclinan hasta el suelo para adorar a un niño! Parece una contradicción. Sorprende este gesto tan humilde de hombres tan ilustres. Postrarse ante una autoridad que se presentaba con los signos del poder y la gloria era normal en aquellos tiempos. E incluso hoy no sería extraño. Pero frente al Niño de Belén no es fácil. No es fácil adorar a este Dios, cuya divinidad permanece oculta y no parece triunfante. Significa acoger la grandeza de Dios, que se manifiesta en la pequeñez: este es el mensaje. Los magos se rebajan ante la inaudita lógica de Dios, acogen al Señor no como lo imaginaban, sino como es, pequeño y pobre.
Su postración es el signo de quienes dejan de lado sus ideas y dan espacio a Dios. Se requiere humildad para hacer esto.
El Evangelio insiste en esto: no dice solamente que los magos adoraron, subraya que se postraron y adoraron. Tomemos esta indicación: la adoración va junto con la postración. Al hacer este gesto, los magos demuestran que acogen con humildad a Aquel que se presenta en la humildad. Y así se abren a la adoración de Dios. Los cofres que abren son imagen de su corazón abierto: su verdadera riqueza no consiste en la fama y el éxito, sino en la humildad, en el hecho de considerarse necesitados de salvación. Y así es el ejemplo que nos dan los magos, hoy.
Queridos hermanos y hermanas, si en la base de todo nos ponemos siempre a nosotros con nuestras ideas y presumimos de tener algo de qué jactarnos ante Dios, nunca lo encontraremos plenamente, no llegaremos a adorarlo. Si no caen nuestras pretensiones y vanidades, nuestro pundonor y deseo de sobresalir, es posible que acabemos adorando a alguien o algo en la vida, ¡pero no será al Señor! Si, por el contrario, abandonamos nuestra pretensión de autosuficiencia, si nos hacemos pequeños por dentro, redescubriremos el asombro de adorar a Jesús. Porque la adoración pasa por la humildad de corazón: quien tiene el afán de adelantar, no nota la presencia del Señor. Jesús pasa cerca y es ignorado, como les sucedió a muchos en aquel tiempo, pero no a los magos.
Hermanos y hermanas, fijándonos en ellos, hoy nos preguntamos: ¿cómo está mi humildad? ¿Estoy convencido de que el orgullo impide mi progreso espiritual? Ese orgullo, manifiesto u oculto, que cubre siempre el impulso hacia Dios. ¿Trabajo sobre mi docilidad, para estar disponible para Dios y los demás, o estoy siempre centrado en mí mismo, en mis exigencias, con ese egoísmo oculto que es la soberbia? ¿Sé dejar de lado mi punto de vista para abrazar el de Dios y el de los demás? Y finalmente, ¿rezo y adoro solo cuando necesito algo, o lo hago constantemente porque creo que siempre necesito a Jesús? Los magos comenzaron el camino mirando una estrella y hallaron a Jesús. Caminaron mucho. Hoy podemos seguir este consejo: mira la estrella y camina. Nunca dejes de caminar, pero no olvides mirar la estrella. Este es el consejo de hoy, fuerte: mira la estrella y camina, mira la estrella y camina.
Que la Virgen María, sierva del Señor, nos enseñe a redescubrir la necesidad vital de la humildad y el ardiente deseo de la adoración. Nos enseñe a mirar la estrella y a caminar.
Y os deseo a todos una feliz fiesta. Por favor, no os olvidéis de rezar por mí. Buen almuerzo y hasta pronto.
Papa Francisco
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LUNES 6
Feria del Tiempo de Navidad: Lunes después de Epifanía
ANTÍFONA DE ENTRADA
Un día sagrado ha amanecido para nosotros. Vengan, pueblos, y adoren al Señor, porque una gran luz ha descendido sobre la tierra.
ORACIÓN COLECTA
Que el esplendor de tu gloria ilumine, Señor, nuestros corazones para que, a través de las tinieblas de este mundo podamos llegar a la patria de la eterna claridad.
Por nuestro Señor Jesucristo…
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
De la primera carta del apóstol san Juan: 3, 22-4, 6
Queridos hijos: Puesto que cumplimos los mandamientos de Dios y hacemos lo que le agrada, ciertamente obtendremos de Él todo lo que le pidamos. Ahora bien, éste es su mandamiento: que creamos en la persona de Jesucristo, su Hijo, y nos amemos los unos a los otros, conforme al precepto que nos dio. Quien cumple sus mandamientos permanece en Dios y Dios en él. En esto conocemos, por el Espíritu que Él nos ha dado, que Él permanece en nosotros.
Hermanos míos, no se dejen llevar de cualquier espíritu, sino examinen toda inspiración para ver si viene de Dios, pues han surgido por el mundo muchos falsos profetas. La presencia del Espíritu de Dios la pueden conocer en esto: Todo aquel que reconoce a Jesucristo, Palabra de Dios, hecha hombre, es de Dios. Todo aquel que no reconoce a Jesús, no es de Dios, sino que su espíritu es del anticristo. De éste han oído decir que ha de venir; pues bien, ya está en el mundo.
Ustedes son de Dios, hijitos míos, y han triunfado de los falsos profetas, porque más grande es el que está en ustedes que el que está en el mundo. Ellos son del mundo, enseñan cosas del mundo y el mundo los escucha. Pero nosotros somos de Dios y nos escucha el que es de Dios. En cambio, aquel que no es de Dios no nos escucha. De esta manera distinguimos entre el espíritu de la verdad y el espíritu del error.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL (SALMO 2)
R/. Yo te daré en herencia las naciones.
Anunciaré el decreto del Señor. He aquí lo que me dijo: “Hijo mío eres tú, yo te he engendrado hoy. Te daré en herencia las naciones y como propiedad, toda la tierra”. R/.
Escuchen y comprendan estas cosas, reyes y gobernantes de la tierra. Adoren al Señor con reverencia, sírvanlo con temor. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Cfr. Mt 4, 23)
R/. Aleluya, aleluya.
Jesús predicaba la buena nueva del Reino y curaba a la gente de toda enfermedad. R/.
EVANGELIO
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo: 4, 12-17. 23-25
Al enterarse Jesús de que Juan había sido arrestado, se retiró a Galilea, y dejando el pueblo de Nazaret, se fue a vivir a Cafarnaúm, junto al lago, en territorio de Zabulón y Neftalí, para que así se cumpliera lo que había anunciado el profeta Isaías: Tierra de Zabulón y Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los paganos. El pueblo que yacía en tinieblas vio una gran luz. Sobre los que vivían en tierra de sombras una luz resplandeció.
Desde entonces comenzó Jesús a predicar, diciendo: “Conviértanse, porque ya está cerca el Reino de los cielos”. Y andaba por toda Galilea, enseñando en las sinagogas y proclamando la buena nueva del Reino de Dios y curando a la gente de toda enfermedad y dolencia.
Su fama se extendió por toda Siria y le llevaban a todos los aquejados por diversas enfermedades y dolencias, a los poseídos, epilépticos y paralíticos, y Él los curaba. Lo seguían grandes muchedumbres venidas de Galilea, Decápolis, Jerusalén, Judea y Transjordania.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, las ofrendas que te presentamos para esta Eucaristía en la que se realiza un glorioso intercambio, a fin de que, al ofrecerte tus propios dones, podamos recibirte a ti mismo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de Navidad o de la Epifanía.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 1, 14)
Hemos contemplado su gloria, gloria que le corresponde como a Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Dios todopoderoso, que la gracia de estos sacramentos fortalezca cada día más nuestra vida cristiana.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
7
MARTES 7
Feria del Tiempo de Navidad: martes después de Epifanía o memoria libre de San Raimundo de Peñafort
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 117, 26-27)
Bendito el que viene en el nombre del Señor. El Señor es Dios, Él nos ilumina.
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Señor, que tu Hijo, que quiso hacerse semejante a nosotros para manifestársenos, nos vaya haciendo, cada día, más semejantes a Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
De la primera carta del apóstol san Juan: 4, 7-10
Queridos hijos: Amémonos los unos a los otros, porque el amor viene de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama, no conoce a Dios, porque Dios es amor. El amor que Dios nos tiene se ha manifestado en que envió al mundo a su Hijo unigénito, para que vivamos por Él.
El amor consiste en esto: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó primero y nos envió a su Hijo, como víctima de expiación por nuestros pecados.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL (SALMO 71)
R/. Que te adoren, Señor, todos los pueblos.
Comunica, Señor, al rey tu juicio, y tu justicia al que es hijo de reyes; así tu siervo saldrá en defensa de tus pobres y regirá a tu pueblo justamente. R/.
Justicia y paz ofrecerán al pueblo las colinas y los montes. El rey hará justicia al oprimido y salvará a los hijos de los pobres. R/.
Florecerá en sus días la justicia y reinará la paz, era tras era. De mar a mar se extenderá su reino y de un extremo al otro de la tierra. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Lc 4, 18)
R/. Aleluya, aleluya.
El Señor me ha enviado para llevar a los pobres la buena nueva y anunciar la liberación a los cautivos. R/.
EVANGELIO
† Lectura del santo Evangelio según san Marcos: 6, 34-44
En aquel tiempo, al desembarcar Jesús, vio una numerosa multitud que lo estaba esperando, y se compadeció de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas.
Cuando ya atardecía, se acercaron sus discípulos y le dijeron: “Estamos en despoblado y ya es muy tarde. Despide a la gente para que vayan por los caseríos y poblados del contorno y compren algo de comer”. Él les replicó: “Denles ustedes de comer”. Ellos le dijeron: “¿Acaso vamos a ir a comprar doscientos denarios de pan para darles de comer?” Él les preguntó: “¿Cuántos panes tienen? Vayan a ver”. Cuando lo averiguaron, le dijeron: “Cinco panes y dos pescados”.
Entonces ordenó Jesús que la gente se sentara en grupos sobre la hierba verde y se acomodaron en grupos de cien y de cincuenta. Tomando los cinco panes y los dos pescados, Jesús alzó los ojos al cielo, bendijo a Dios, partió los panes y se los dio a los discípulos para que los distribuyeran; lo mismo hizo con los dos pescados. Comieron todos hasta saciarse, y con las sobras de pan y de pescado que recogieron llenaron doce canastos. Los que comieron fueron cinco mil hombres.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, con bondad las ofrendas de tu pueblo y concédenos que, las realidades que creemos por la fe, las consigamos por este sacramento celestial.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de Navidad o de la Epifanía
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Ef 2, 4; Rm 8, 3)
Por el gran amor con que nos amó, Dios envió a su propio Hijo a compartir nuestra condición humana en todo, menos en el pecado.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor Dios, que nos unes a ti por la participación de este sacramento, concédenos obtener toda su eficacia para que así, la recepción de este don tuyo nos haga más dignos de seguirlo recibiendo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
8
MIÉRCOLES 8
Feria del Tiempo de Navidad: Miércoles después de Epifanía
ANTÍFONA DE ENTRADA (Is 9, 2)
El pueblo que caminaba en tinieblas, vio una luz intensa. Sobre los que vivían en tierra de sombras, brilló una luz.
ORACIÓN COLECTA
Señor, Dios nuestro, luz del mundo, concede una paz estable a todos los pueblos de la tierra, y haz que aquella luz resplandeciente que condujo a los Magos al conocimiento de tu Hijo, ilumine también nuestros corazones.
Por nuestro Señor Jesucristo…
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
De la primera carta del apóstol san Juan: 4, 11-18
Queridos hijos: Si Dios nos ha amado tanto, también nosotros debemos amarnos los unos a los otros. A Dios nadie lo ha visto nunca; pero si nos amamos los unos a los otros, Dios permanece en nosotros y su amor en nosotros es perfecto.
En esto conocemos que permanecemos en Él, y Él en nosotros: en que nos ha dado su Espíritu. Nosotros hemos visto, y de ello damos testimonio, que el Padre envió a su Hijo como salvador del mundo. Quien confiesa que Jesús es el Hijo de Dios, permanece en Dios y Dios en él.
Nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en ese amor. Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él. En esto llega a la perfección el amor que Dios nos tiene: en que esperamos con tranquilidad el día del juicio, porque nosotros vivimos en este mundo en la misma forma que Jesucristo vivió.
En el amor no hay temor. Al contrario, el amor perfecto excluye el temor, porque el que teme, mira al castigo, y el que teme no ha alcanzado la perfección del amor.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL (SALMO 71)
R/. Que te adoren, Señor, todos los pueblos.
Comunica, Señor, al rey tu juicio, y tu justicia al que es hijo de reyes; así tu siervo saldrá en defensa de tus pobres y regirá a tu pueblo justamente. R/.
Los reyes de occidente y de las islas le ofrecerán sus dones. Ante él se postrarán todos los reyes y todas las naciones. R/.
Al débil librará del poderoso y ayudará al que se encuentra sin amparo; se apiadará del desvalido y pobre y salvará la vida al desdichado. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Cfr. 1 Tm 3, 16)
R/. Aleluya, aleluya.
Gloria a ti, Cristo Jesús, que has sido proclamado a las naciones. Gloria a ti, Cristo Jesús, que has sido anunciado al mundo. R/.
EVANGELIO
† Lectura del santo Evangelio según san Marcos: 6, 45-52
En aquel tiempo, después de la multiplicación de los panes, Jesús apremió a sus discípulos a que subieran a la barca y se dirigieran a Betsaida, mientras Él despedía a la gente. Después de despedirlos, se retiró al monte a orar.
Entrada la noche, la barca estaba en medio del lago y Jesús, solo, en tierra. Viendo los trabajos con que avanzaban, pues el viento les era contrario, se dirigió a ellos caminando sobre el agua, poco antes del amanecer, y parecía que iba a pasar de largo. Al verlo andar sobre el agua, ellos creyeron que era un fantasma y se pusieron a gritar, porque todos lo habían visto y estaban espantados. Pero Él les habló enseguida y les dijo: “¡Ánimo! Soy yo; no teman”. Subió a la barca con ellos y se calmó el viento. Todos estaban llenos de espanto y es que no habían entendido el episodio de los panes, pues tenían la mente embotada.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor y Dios nuestro, que infundes en nosotros los sentimientos de la verdadera adoración y nos impulsas a vivir en plena concordia con nuestros prójimos, concédenos poder tributarte con estas ofrendas el culto que te es debido y estrechar los lazos de caridad con nuestros hermanos, por la participación en este sacramento.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de Navidad o de la Epifanía.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (1 Jn 1, 2)
La Vida eterna, que estaba junto al Padre, se manifestó a nosotros y nosotros la hemos visto.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que tu pueblo, Señor, al que jamás has dejado de tu mano, experimente tu ayuda presente y futura a fin de que, disfrutando de los bienes terrenos necesarios pueda buscar con mayor confianza los bienes eternos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
9
JUEVES 9
Feria del Tiempo de Navidad: Jueves después de Epifanía
ANTÍFONA DE ENTRADA (Cfr. Jn 1, 1)
En el principio y antes de todos los siglos, el que es la Palabra era Dios, el mismo que luego se dignó nacer como salvador del mundo.
ORACIÓN COLECTA
Señor, Dios nuestro, que por medio de tu Hijo has hecho brillar la luz eterna de tu divinidad ante todas las naciones, haz que tu pueblo descubra plenamente el misterio de Cristo, su redentor, para que, en virtud de este misterio, pueda llegar a gozar de aquella luz que no tiene ocaso.
Por nuestro Señor Jesucristo…
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
De la primera carta del apóstol san Juan: 4, 19-5, 4
Queridos hijos: Amamos a Dios, porque Él nos amó primero. Si alguno dice: “Amo a Dios” y aborrece a su hermano, es un mentiroso, pues quien no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios, a quien no ve. Además, Jesús nos ha dado este mandamiento: El que ama a Dios, que ame también a su hermano.
Todo el que cree que Jesús es el Mesías, ha nacido de Dios. Todo el que ama a un padre, ama también a los hijos de éste. Conocemos que amamos a los hijos de Dios en que amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos, pues el amor de Dios consiste en que cumplamos sus preceptos. Y sus mandamientos no son pesados, porque todo el que ha nacido de Dios vence al mundo. Y nuestra fe es la que nos ha dado la victoria sobre el mundo.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL (SALMO 71)
R/. Que te adoren, Señor, todos los pueblos.
Comunica, Señor, al rey tu juicio, y tu justicia al que es hijo de reyes; así tu siervo saldrá en defensa de tus pobres y regirá a tu pueblo justamente. R/.
De la opresión rescatará a los pobres, pues estima su vida muy valiosa. Por eso rogarán por él sin tregua y lo bendecirán a todas horas. R/.
Que bendigan al Señor eternamente, y tanto como el sol, viva su nombre. Que él sea la bendición del mundo entero y lo aclamen dichoso las naciones. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Lc 4, 18)
R/. Aleluya, aleluya.
El Señor me ha enviado para llevar a los pobres la buena nueva y anunciar la liberación a los cautivos. R/.
EVANGELIO
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas: 4, 14-22
En aquel tiempo, con la fuerza del Espíritu, Jesús volvió a Galilea. Iba enseñando en las sinagogas; todos lo alababan y su fama se extendió por toda la región.
Fue también a Nazaret, donde se había criado. Entró en la sinagoga, como era su costumbre hacerlo los sábados, y se levantó para hacer la lectura. Se le dio el volumen del profeta Isaías, lo desenrolló y encontró el pasaje en que estaba escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para llevar a los pobres la buena nueva, para anunciar la liberación a los cautivos y la curación a los ciegos, para dar libertad a los oprimidos y proclamar el año de gracia del Señor.
Enrolló el volumen, lo devolvió al encargado y se sentó. Los ojos de todos los asistentes a la sinagoga estaban fijos en Él. Entonces comenzó a hablar, diciendo: “Hoy mismo se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír”.
Todos le daban su aprobación y admiraban la sabiduría de las palabras que salían de sus labios.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, las ofrendas, que te presentamos para esta Eucaristía, en la que se realiza un glorioso intercambio, a fin de que, al ofrecerte tus propios dones, podamos recibirte a ti mismo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de Navidad o de la Epifanía.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 3, 16)
Tanto amó Dios al mundo que le dio a su Hijo único, para que todo el que crea en Él no perezca, sino que tenga vida eterna.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Dios todopoderoso, que la gracia de estos sacramentos fortalezca cada día más nuestra vida cristiana.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
10
VIERNES 10
Feria del Tiempo de Navidad: viernes después de Epifanía
ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 111, 4)
Una luz se levanta en las tinieblas para los hombres de corazón recto: el Dios clemente, justo y compasivo.
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Dios todopoderoso, que el nacimiento del salvador del mundo, manifestado a los Magos por medio de una estrella, sea comprendido por nosotros cada vez con mayor profundidad.
Por nuestro Señor Jesucristo…
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
De la primera carta del apóstol san Juan: 5, 5-13
Queridos hijos: ¿Quién es el que vence al mundo? Sólo el que cree que Jesús es el Hijo de Dios. Jesucristo es el que vino por medio del agua y de la sangre; Él vino, no sólo con agua, sino con agua y con sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio, porque el Espíritu es la verdad. Así pues, los testigos son tres: el Espíritu, el agua y la sangre. Y los tres están de acuerdo.
Si aceptamos el testimonio de los hombres, el testimonio de Dios vale mucho más y ese testimonio es el que Dios ha dado de su Hijo.
El que cree en el Hijo de Dios tiene en sí ese testimonio. El que no le cree a Dios, hace de él un mentiroso, porque no cree en el testimonio que Dios ha dado de su Hijo. Y el testimonio es éste: que Dios nos ha dado la vida eterna y esa vida está en su Hijo. Quien tiene al Hijo, tiene la vida; quien no tiene al Hijo, no tiene la vida.
A ustedes, los que creen en el nombre del Hijo de Dios, les he escrito estas cosas para que sepan que tienen la vida eterna.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL (SALMO 147)
R/. Demos gracias y alabemos al Señor.
Glorifica al Señor, Jerusalén, a Dios ríndele honores, Israel. Él refuerza el cerrojo de tus puertas y bendice a tus hijos en tu casa. R/.
Él mantiene la paz en tus fronteras, con su trigo mejor sacia tu hambre. Él envía a la tierra su mensaje y su palabra corre velozmente. R/.
Le muestra a Jacob su pensamiento, sus normas y designios a Israel. No ha hecho nada igual con ningún pueblo, ni le ha confiado a otro sus proyectos. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Cfr. Mt 4, 23)
R/. Aleluya, aleluya.
Jesús predicaba la buena nueva del Reino y curaba a la gente de toda enfermedad. R/.
EVANGELIO
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas: 5, 12-16
En aquel tiempo, estando Jesús en un poblado, llegó un leproso, y al ver a Jesús, se postró rostro en tierra, diciendo: “Señor, si quieres, puedes curarme”. Jesús extendió la mano y lo tocó, diciendo: “Quiero. Queda limpio”. Y al momento desapareció la lepra. Entonces Jesús le ordenó que no lo dijera a nadie y añadió: “Ve, preséntate al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que Moisés prescribió. Eso les servirá de testimonio”.
Y su fama se extendía más y más. Las muchedumbres acudían a oírlo y a ser curados de sus enfermedades. Pero Jesús se retiraba a lugares solitarios para orar.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, con bondad las ofrendas de tu pueblo y concédenos que, las realidades que creemos por la fe, las consigamos por este sacramento celestial.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de Navidad o de la Epifanía.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (1 Jn 4, 9)
Dios envió al mundo a su Hijo único, para darnos vida por medio de Él.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor Dios, que nos unes a ti por la participación de este sacramento, concédenos obtener toda su eficacia para que así, la recepción de este don tuyo nos haga más dignos de seguirlo recibiendo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
11
SÁBADO 11
Feria del Tiempo de Navidad: Sábado después de Epifanía o Bien, Misa De Santa María Virgen (Tiempo de Navidad)
ANTÍFONA DE ENTRADA
Virgen Madre de Dios, el que no cabe en todo el universo, quiso encerrarse en tus entrañas, hecho hombre.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que por la fecunda virginidad de María diste al género humano el don de la salvación eterna, concédenos sentir la intercesión de aquélla por quien recibimos al autor de la vida, Jesucristo, Señor nuestro, que vive y reina contigo…
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
De la primera carta del apóstol san Juan: 5, 14-21
Queridos hijos: La confianza que tenemos en Dios consiste en que, si le pedimos algo conforme a su voluntad, Él nos escucha. Si estamos seguros de que escucha nuestras peticiones, también lo estamos de poseer ya lo que le pedimos.
Si alguno ve que su hermano comete un pecado de los que no llevan a la muerte, que pida por él y le obtendrá la vida. Esto vale para los que cometen pecados que llevan a la muerte, porque hay un pecado que sí lleva a la muerte (por ése no digo que se pida). Toda mala acción es pecado, pero hay pecados que no llevan a la muerte.
Sabemos que todo el que ha nacido de Dios no peca, sino que el Hijo de Dios lo protege, y no lo toca el demonio. Sabemos que somos de Dios, mientras que el mundo entero yace en poder del demonio. También sabemos que el Hijo de Dios ha venido ya y que nos ha dado inteligencia para conocer al Dios verdadero. Nosotros permanecemos fieles al único verdadero, porque permanecemos en su Hijo Jesucristo. Él es el verdadero Dios y la vida eterna. Hijos míos, no adoren a los ídolos.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL (SALMO 149)
R/. El Señor es amigo de su pueblo.
Entonen al Señor un canto nuevo, en la reunión litúrgica proclámenlo. En su creador y rey, en el Señor, alégrese Israel, su pueblo santo. R/.
En honor de su nombre, que haya danzas, alábenlo con arpa y tamboriles. El Señor es amigo de su pueblo y otorga la victoria a los humildes. R/.
Que se alegren los fieles en el triunfo, que inunde el regocijo sus hogares, que alaben al Señor con sus palabras, porque en esto su pueblo se complace. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Mt 4, 16)
R/. Aleluya, aleluya.
El pueblo que yacía en tinieblas vio una gran luz. Sobre los que vivían en tierra de sombras una luz resplandeció. R/.
EVANGELIO
† Lectura del santo Evangelio según san Juan: 3, 22-30
En aquel tiempo, fue Jesús con sus discípulos a Judea y permaneció allí con ellos, bautizando. También Juan estaba bautizando en Enón, cerca de Salim, porque ahí había agua abundante. La gente acudía y se bautizaba, pues Juan no había sido encarcelado todavía.
Surgió entonces una disputa entre algunos de los discípulos de Juan y unos judíos, acerca de la purificación. Los discípulos fueron a decirle a Juan: “Mira, maestro, aquel que estaba contigo en la otra orilla del Jordán y del que tú diste testimonio, está ahora bautizando y todos acuden a Él”.
Contestó Juan: “Nadie puede apropiarse nada, si no le ha sido dado del cielo. Ustedes mismos son testigos de que yo dije: ‘Yo no soy el Mesías, sino el que ha sido enviado delante de Él’. En una boda, el que tiene a la novia es el novio; en cambio, el amigo del novio, que lo acompaña y lo oye hablar, se alegra mucho de oír su voz. Así también yo me lleno ahora de alegría. Es necesario que Él crezca y que yo venga a menos”.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, nuestras ofrendas y concédenos que, iluminados por el Espíritu Santo y a ejemplo de la Virgen, busquemos siempre tu gracia y podamos conservarla.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de Santa María Virgen.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 1, 14)
El Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros, lleno de gracia y de verdad.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, te pedimos, Señor, que este divino sacramento que hemos recibido llenos de gozo en la festividad de la Virgen María, nos haga partícipes de la divinidad de tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
12
DOMINGO 12
EL BAUTISMO DEL SEÑOR
ANTÍFONA DE ENTRADA (Cfr. Mt 3, 16-17)
Inmediatamente después de que Jesús se bautizó, se abrieron los cielos y el Espíritu Santo se posó sobre Él en forma de paloma, y resonó la voz del Padre que decía: “Éste es mi Hijo amado, en quien he puesto todo mi amor”.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Señor, que tu Hijo, que quiso hacerse semejante a nosotros para manifestársenos, nos vaya haciendo, cada día, más semejantes a Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Del libro del profeta Isaías: 42, 1-4. 6-7
Esto dice el Señor: “Miren a mi siervo, a quien sostengo, a mi elegido, en quien tengo mis complacencias. En él he puesto mi espíritu para que haga brillar la justicia sobre las naciones.
No gritará, no clamará, no hará oír su voz por las calles; no romperá la caña resquebrajada, ni apagará la mecha que aún humea. Promoverá con firmeza la justicia, no titubeará ni se doblegará hasta haber establecido el derecho sobre la tierra y hasta que las islas escuchen su enseñanza.
Yo, el Señor, fiel a mi designio de salvación, te llame, te tomé de la mano, te he formado y te he constituido alianza de un pueblo, luz de las naciones, para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la prisión y de la mazmorra a los que habitan en tinieblas”.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL (SALMO 28)
R/. Te alabamos, Señor.
Hijos de Dios, glorifiquen al Señor, denle la gloria que merece. Postrados en su templo santo, alabemos al Señor. R/.
La voz del Señor se deja oír sobre las aguas torrenciales. La voz del Señor es poderosa, la voz del Señor es imponente. R/.
El Dios de majestad hizo sonar el trueno de su voz. El Señor se manifestó sobre las aguas desde su trono eterno. R/.
SEGUNDA LECTURA
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 10, 34-38
En aquellos días, Pedro se dirigió a Cornelio y a los que estaban en su casa, con estas palabras: “Ahora caigo en la cuenta de que Dios no hace distinción de personas, sino que acepta al que lo teme y practica la justicia, sea de la nación que fuere. Él envió su palabra a los hijos de Israel, para anunciarles la paz por medio de Jesucristo, Señor de todos.
Ya saben ustedes lo sucedido en toda Judea, que tuvo principio en Galilea, después del bautismo predicado por Juan: cómo Dios ungió con el poder del Espíritu Santo a Jesús de Nazaret, y cómo éste pasó haciendo el bien, sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con Él”.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Cfr. Mc 9, 7)
R/. Aleluya, aleluya.
Se abrió el cielo y resonó la voz del Padre, que decía: “Éste es mi Hijo amado; escúchenlo”. R/.
EVANGELIO
† Lectura del santo Evangelio según san Mateo: 3, 13-17
En aquel tiempo, como el pueblo estaba en expectación y todos pensaban que quizá Juan el Bautista era el Mesías, Juan los sacó de dudas, diciéndoles: “Es cierto que yo bautizo con agua, pero ya viene otro más poderoso que yo, a quien no merezco desatarle las correas de sus sandalias. El los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego”.
Sucedió que entre la gente que se bautizaba, también Jesús fue bautizado. Mientras éste oraba, se abrió el cielo y el Espíritu Santo bajó sobre él en forma sensible, como de una paloma, y del cielo llegó una voz que decía: “Tú eres mi Hijo, el predilecto; en ti me complazco”.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Se dice Credo.
PLEGARIA UNIVERSAL
Hermanos, al celebrar hoy la fiesta del Bautismo del Señor que fue ungido por el Espíritu de Dios, oremos unidos a toda la Iglesia:
Para que todos los bautizados sigamos las huellas de Jesús, escuchemos sus palabras y las hagamos vida. Oremos.
Para que el Señor sacie la sed que tienen de Él todos los hombres, aún sin saberlo. Oremos.
Para que la Iglesia no tema comprometerse en la promoción de la justicia y la paz. Oremos.
Para que, al recordar hoy el Bautismo del Señor en el Jordán, se renueve nuestra fe en Él, que es el Hijo amado de Dios. Oremos.
Para que el mensaje del Evangelio que anuncian los misioneros dé frutos de santidad en quienes lo reciben. Oremos.
Para que el Espíritu renueve nuestras vidas y nos haga vivir como hijos de Dios. Oremos.
Creemos, Señor, que Tú eres el Hijo amado del Padre: por eso te pedimos que le presentes nuestras oraciones para que manifieste su poder y salve a la humanidad que Tú adquiriste con tu Sangre.
Que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, los dones que te presentamos al conmemorar el Bautismo y manifestación de tu Hijo amado, y conviértelos en aquel mismo sacrificio con el que Cristo lavó misericordiosamente los pecados del mundo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque quisiste rodear el bautismo de tu Hijo en el Jordán de signos admirables a fin de poner de manifiesto el misterio del nuevo baño bautismal. En efecto, hiciste oír tu voz desde el cielo para que creyéramos que tu Palabra se encontraba presente entre los hombres y, por el Espíritu, que descendió en forma de paloma, se manifestara que tu Siervo Jesús era ungido con el óleo de la alegría y reconociéramos en Él al Mesías, enviado a anunciar la Buena Nueva a los pobres.
Por eso, a una con los espíritus celestes te alabamos constantemente en la tierra diciendo:
Santo, Santo, Santo…
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Jn 1, 32. 34)
Éste es aquél de quien Juan decía: Yo lo he visto y doy testimonio de que es el Hijo de Dios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
A cuantos hemos participado del Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, concédenos, Señor, escuchar con fe su palabra, para que así podamos llamarnos hijos tuyos y serlo de verdad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
LA ORACIÓN ABRE EL CIELO: DA OXÍGENO A LA VIDA (ÁNGELUS 09 DE ENERO DE 2022)
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
El Evangelio de la Liturgia de hoy nos muestra la escena con la que comienza la vida pública de Jesús: Él, que es el Hijo de Dios y el Mesías, va a las orillas del río Jordán y se hace bautizar por Juan Bautista. Después de casi treinta años vividos en el anonimato, Jesús no se presenta con algún milagro o subiendo a la cátedra para enseñar. Se pone en la fila con el pueblo que iba a recibir el bautismo de Juan. El himno litúrgico de hoy dice que el pueblo iba a hacerse bautizar con el alma y los pies desnudos, humildemente. Hermosa actitud, con el alma desnuda y los pies desnudos. Y Jesús comparte la suerte de nosotros, los pecadores, desciende hacia nosotros: baja al río como en la historia herida de la humanidad, se sumerge en nuestras aguas para sanarlas y se sumerge con nosotros, entre nosotros. No se eleva por encima de nosotros con el alma desnuda, con los pies desnudos, como el pueblo. No va solo, ni con un grupo de elegidos privilegiados. No: va con el pueblo. Pertenece a aquel pueblo y va con el pueblo ha hacerse bautizar con aquel pueblo humilde.
Detengámonos en un punto importante: en el momento en que Jesús recibe el Bautismo, el texto dice que “estaba orando”. Nos hace bien contemplar esto: Jesús reza. ¿Pero cómo? Él, que es el Señor, el Hijo de Dios, ¿reza como nosotros? Sí, Jesús – lo repiten muchas veces los Evangelios – pasa mucho tiempo en oración: al inicio de cada día, a menudo de noche, antes de tomar decisiones importantes… Su oración es un diálogo, una relación con el Padre. Así, en el Evangelio de hoy podemos ver los “dos momentos” de la vida de Jesús: por una parte, desciende hacia nosotros en las aguas del Jordán; por otra, eleva su mirada y su corazón orando al Padre.
Es una gran enseñanza para nosotros: todos estamos inmersos en los problemas de la vida y en muchas situaciones intrincadas, llamados a afrontar momentos y elecciones difíciles que nos abaten. Pero, si no queremos permanecer aplastados, tenemos necesidad de elevar todo hacia lo alto. Y esto lo hace precisamente la oración, que no es una vía de escape, la oración no es un rito mágico ni una repetición de cantilenas aprendidas de memoria. No. Rezar es el modo de dejar que Dios actúe en nosotros, para captar lo que Él quiere comunicarnos incluso en las situaciones más difíciles, rezar es para tener la fuerza de ir adelante. Mucha gente que siente que no puede más y reza: “Señor, dame la fuerza para ir adelante”. También nosotros, muchas veces lo hemos hecho. La oración nos ayuda porque nos une a Dios, nos abre al encuentro con Él. Sí, la oración es la clave que abre el corazón al Señor. Es dialogar con Dios, es escuchar su Palabra, es adorar: estar en silencio encomendándole lo que vivimos. Y a veces también es gritar con Él como Job, otras veces es desahogarse con Él. Gritar como Job; Él es padre, Él nos comprende bien. Él jamás se enoja con nosotros. Y Jesús reza.
La oración – para usar una bella imagen del Evangelio de hoy – “abre el cielo”. La oración abre el cielo: da oxígeno a la vida, da respiro incluso en medio de las angustias, y hace ver las cosas de modo más amplio. Sobre todo, nos permite tener la misma experiencia de Jesús en el Jordán: nos hace sentir hijos amados del Padre. También a nosotros, cuando rezamos, el Padre dice, como a Jesús en el Evangelio: “Tú eres mi hijo, Tú eres el amado”. Nuestro ser hijos comenzó el día del Bautismo, que nos ha inmerso en Cristo y, miembros del pueblo de Dios, nos ha hecho convertirnos en hijos amados del Padre. ¡No olvidemos la fecha de nuestro Bautismo! Si yo preguntara ahora a cada uno de ustedes: ¿cuál es la fecha de tu Bautismo? Tal vez algunos no lo recuerdan. Esto es algo hermoso: recordar la fecha del Bautismo, porque es nuestro renacimiento, ¡el momento en que hemos sido hijos de Dios con Jesús!
Y cuando regresen a casa – si no lo saben – pregúntenle a la mamá, a la tía, a la abuela o a los abuelos: “Pero, ¿cuándo fui bautizado o bautizada?”, y aprender esa fiesta para celebrarla, para agradecer al Señor. Y hoy, en este momento, preguntémonos: ¿cómo va mi oración?
¿Rezo por costumbre, rezo desganado, sólo recitando algunas fórmulas, o mi oración es el encuentro con Dios? Yo, pecador, siempre en el pueblo de Dios, jamás aislado. ¿Cultivo la intimidad con Dios, dialogo con Él, escucho su Palabra? Entre las muchas cosas que hacemos en la jornada, no descuidemos la oración: dediquémosle tiempo, utilicemos breves invocaciones para repetir a menudo, leamos el Evangelio cada día. La oración que abre el cielo.
Les deseo a todos un buen domingo. Por favor, no se olviden de rezar por mí. Buen almuerzo y hasta la vista.
PAPA FRANCISCO
13
LUNES 13
ANTÍFONA DE ENTRADA
En el principio creó Dios el cielo y la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen. Vio Dios todo lo que había hecho y lo encontró muy bueno.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, creador de todas las cosas, que ordenaste al ser humano cumplir con los deberes del trabajo, concédenos que las labores que ahora iniciamos contribuyan al mejoramiento de esta vida y sirvan, por tu bondad, a la extensión del Reino de Cristo.
Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
De la carta a los hebreos: 1, 1-6
En distintas ocasiones y de muchas maneras habló Dios en el pasado a nuestros padres, por boca de los profetas. Ahora, en estos tiempos, nos ha hablado por medio de su Hijo, a quien constituyó heredero de todas las cosas y por medio del cual hizo el universo.
El Hijo es el resplandor de la gloria de Dios, la imagen fiel de su ser y el sostén de todas las cosas con su palabra poderosa. Él mismo, después de efectuar la purificación de los pecados, se sentó a la diestra de la majestad de Dios, en las alturas, tanto más encumbrado sobre los ángeles, cuanto más excelso es el nombre que, como herencia, le corresponde.
Porque, ¿a cuál de los ángeles le dijo Dios: Tú eres mi Hijo; yo te he engendrado hoy? ¿O de qué ángel dijo Dios: Yo seré para él un padre y él será para mí un hijo? Además, en otro pasaje, cuando introduce en el mundo a su primogénito, dice: Adórenlo todos los ángeles de Dios.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL (SALMO 96)
R/. Ángeles del Señor, adórenlo.
Reina el Señor, alégrese la tierra; cante de regocijo el mundo entero. El trono del Señor se asienta en la justicia y el derecho. R/.
Los cielos pregonan su justicia; su inmensa gloria ven todos los pueblos. Que caigan ante Dios todos los dioses. R/.
Tú, Señor altísimo, estás muy por encima de la tierra y mucho más en alto que los dioses. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Mc 1, 15)
R/. Aleluya, aleluya.
El Reino de Dios está cerca, dice el Señor. Conviértanse y crean en el Evangelio. R/.
EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Marcos: 1, 14-20
Después de que arrestaron a Juan el Bautista, Jesús se fue a Galilea para predicar el Evangelio de Dios y decía: “Se ha cumplido el tiempo y el Reino de Dios ya está cerca. Conviértanse y crean en el Evangelio”. Caminaba Jesús por la orilla del lago de Galilea, cuando vio a Simón y a su hermano, Andrés, echando las redes en el lago, pues eran pescadores. Jesús les dijo: “Síganme y haré de ustedes pescadores de hombres”. Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
Un poco más adelante, vio a Santiago y a Juan hijos de Zebedeo, que estaban en una barca, remendando sus redes. Los llamó, y ellos, dejando en la barca a su padre con los trabajadores, se fueron con Jesús.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Tú que con este pan y este vino que te presentamos das al género humano el alimento que lo sostiene y el sacramento que lo renueva, concédenos, Señor, que nunca nos falte esta ayuda para el cuerpo y el alma.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN
Todo lo que digan y todo lo que hagan, háganlo en el nombre del Señor Jesús, dándole gracias a Dios Padre, por medio de Cristo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Habiendo participado de esta mesa de unidad y caridad, imploramos, Señor, de tu clemencia, que, cumpliendo las labores que nos tienes encomendadas, hallemos sustento para nuestra vida terrena y edifiquemos confiadamente tu Reino.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
14
MARTES 14
Verde Feria, Misa de la I Semana del Tiempo Ordinario MR p. 413 [411] / Lecc. I p. 485
ANTÍFONA DE ENTRADA
Vi sentado en el trono celestial a un hombre, a quien adora la multitud de los ángeles que cantan a una sola voz: “Éste es aquel cuyo poder permanece eternamente”.
ORACIÓN COLECTA
Acompaña, Señor, con celestial piedad, los anhelos y súplicas de tu pueblo, para que conozca lo que debe poner por obra y lleve a cabo con firmeza lo que ha conocido.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
De la carta a los hebreos 2, 5-12
Hermanos: Dios no ha sometido a los ángeles el nuevo orden de la salvación, del cual estamos hablando. Un salmo lo atestigua solemnemente diciendo: ¿Qué es el hombre, para que de él te acuerdes, ese pobre ser humano, para que de él te preocupes? Sin embargo, lo hiciste un poquito inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y dignidad. Todo lo sometiste bajo sus pies.
Al decir aquí la Escritura que Dios le sometió todo, no se hace ninguna excepción. Es verdad que ahora todavía no vemos el universo entero sometido al hombre; pero sí vemos ya al que por un momento Dios hizo inferior a los ángeles, a Jesús, que por haber sufrido la muerte, está coronado de gloria y honor. Así, por la gracia de Dios, la muerte que él sufrió redunda en bien de todos.
En efecto, el creador y Señor de todas las cosas, quiere que todos sus hijos tengan parte en su gloria. Por eso convenía que Dios consumara en la perfección, mediante el sufrimiento, a Jesucristo, autor y guía de nuestra salvación.
El santificador y los santificados tienen la misma condición humana. Por eso no se avergüenza de llamar hermanos a los hombres, cuando dice: Hablaré de ti a mis hermanos; en medio de la asamblea te alabaré.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL (SALMO 8)
R/. Diste a tu Hijo el mando sobre las obras de tus manos.
¡Qué admirable es, Señor y Dios nuestro, tu poder en toda la tierra! ¿Qué es el hombre, para que de él te acuerdes; ese pobre ser humano, para que de él te preocupes? R/.
Sin embargo, lo hiciste un poquito inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y dignidad; le diste el mando sobre las obras de tus manos y todo lo sometiste bajo sus pies. R/.
Pusiste a su servicio los rebaños y las manadas, todos los animales salvajes, las aves del cielo y los peces del mar, que recorren los caminos de las aguas. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Cfr. 1 Tes 2, 13)
R/. Aleluya, aleluya.
Reciban la palabra de Dios, no como palabra humana, sino como palabra divina, tal como es en realidad. R/.
EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Marcos 1, 21-28
En aquel tiempo, se hallaba Jesús en Cafarnaúm y el sábado fue a la sinagoga y se puso a enseñar. Los oyentes quedaron asombrados de sus palabras, pues enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas.
Había en la sinagoga un hombre poseído por un espíritu inmundo, que se puso a gritar: “¿Qué quieres tú con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a acabar con nosotros? Ya sé quién eres: el Santo de Dios”. Jesús le ordenó: “¡Cállate y sal de él!” El espíritu inmundo, sacudiendo al hombre con violencia y dando un alarido, salió de él. Todos quedaron estupefactos y se preguntaban: “¿Qué es esto? ¿Qué nueva doctrina es ésta? Este hombre tiene autoridad para mandar hasta a los espíritus inmundos y lo obedecen”. Y muy pronto se extendió su fama por toda Galilea.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús
REFLEXIÓN
Jesús se impone a sus contemporáneos por la forma nueva y autorizada de enseñar. Se impone, además, por la manera de incursionar, victorioso, aun en el intrincado reino de Satanás. Definitivamente, nada podrá resistir a la poderosa intervención de quien –al ser reconocido casi con insolencia como un simple «Nazareno»– es también “reverenciado”, nada menos que como «el Santo de Dios». Algo que han de confesar explícitamente y, a más no poder, incluso los mismos espíritus inmundos, contra los que luchará denodadamente.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te pedimos, Señor, que te sea agradable la ofrenda de tu pueblo por la cual recibimos la santificación y obtenemos lo que piadosamente pedimos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 35, 10
Señor, en ti está la fuente de la vida y tu luz nos hace ver la luz.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Renovados por tus sacramentos, te suplicamos, Dios todopoderoso, que te sirvamos dignamente con una vida que te sea agradable.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
15
MIÉRCOLES 15
Verde Feria o Misa al comienzo del Año civil MR p. 1080 [1125] / Lecc. I p. 489
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 64, 12
Con tu bondad, Señor, bendices este año y tus campos se llenarán de frutos.
ORACIÓN COLECTA
Dios eterno, principio de todo lo creado, concédenos durante este año, que desde hoy te dedicamos, no carecer de lo necesario para la vida y dar testimonio de ti con nuestras buenas obras.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
De la carta a los hebreos 2, 14-18
Hermanos: Todos los hijos de una familia tienen la misma sangre; por eso Jesús quiso ser de nuestra misma sangre, para destruir con su muerte al diablo, que, mediante la muerte, dominaba a los hombres, y para liberar a aquellos, que por temor a la muerte, vivían como esclavos toda su vida.
Pues como bien saben ustedes, Jesús no vino a ayudar a los ángeles, sino a los descendientes de Abraham; por eso tuvo que hacerse semejante a sus hermanos en todo, a fin de llegar a ser sumo sacerdote, misericordioso con ellos y fiel en las relaciones que median entre Dios y los hombres, y expiar así los pecados del pueblo. Como él mismo fue probado por medio del sufrimiento, puede ahora ayudar a los que están sometidos a la prueba.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL (SALMO 104)
R/. El Señor nunca olvida sus promesas.
Aclamen al Señor y denle gracias, relaten sus prodigios a los pueblos. Entonen en su honor himnos y cantos, celebren sus portentos. R/.
Del nombre del Señor enorgullézcanse y siéntase feliz el que lo busca. Recurran al Señor y a su poder y a su presencia acudan. R/.
Descendientes de Abraham, su servidor, estirpe de Jacob, su predilecto, escuchen: el Señor es nuestro Dios y gobiernan la tierra sus decretos. R/.
Ni aunque transcurran mil generaciones se olvidará el Señor de sus promesas, de la alianza pactada con Abraham, del juramento a Isaac, que un día le hiciera. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Jn 10, 27)
R/. Aleluya, aleluya.
Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor; yo las conozco y ellas me siguen. R/.
EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Marcos l, 29-39
En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama, con fiebre, y enseguida le avisaron a Jesús. Él se le acercó, y tomándola de la mano, la levantó. En ese momento se le quitó la fiebre y se puso a servirles.
Al atardecer, cuando el sol se ponía, le llevaron a todos los enfermos y poseídos del demonio, y todo el pueblo se apiñó junto a la puerta. Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó a muchos demonios, pero no dejó que los demonios hablaran, porque sabían quién era él.
De madrugada, cuando todavía estaba muy oscuro, Jesús se levantó, salió y se fue a un lugar solitario, donde se puso a orar. Simón y sus compañeros lo fueron a buscar, y al encontrarlo, le dijeron: “Todos te andan buscando”. Él les dijo: “Vamos a los pueblos cercanos para predicar también allá el Evangelio, pues para eso he venido”. Y recorrió toda Galilea, predicando en las sinagogas y expulsando a los demonios.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
REFLEXIÓN
Jesús realiza muchas curaciones y libera a muchos endemoniados, pero no quiere que esto, de momento, se difunda abiertamente. Él se inclinó continuamente hacia las miserias y necesidades de los demás, cuidando no sólo de las de orden espiritual sino también físico, como nos lo pone de manifieste –entre otros muchos milagros– la curación de la agradecida y servicial suegra de Pedro. Esta es la razón por la que la gente acudía tan espontáneamente a Él. Pero la verdadera fuerza de Jesús residía en su constante e íntima unión con su Padre en la oración.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que te sean gratas, Señor, las ofrendas que te presentamos, para que todos los que celebramos con alegría el comienzo de este año, merezcamos que transcurra íntegro en tu amor.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Heb 13, 8
Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Acompaña, Señor, al pueblo que participó en este santo sacramento, para que durante todo este año ningún peligro lo aflija, ya que siempre está confiando en tu protección.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
16
JUEVES 16
Verde / Blanco Feria o Misa de la Sagrada Eucaristía MR p. 1119 [1164] / Lecc. I p. 494
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 77, 23-25
Abrió Dios las compuertas del cielo e hizo llover sobre ellos el maná para que lo comieran; les dio un trigo celeste, y el hombre comió pan de ángeles.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que llevaste a cabo la obra de la redención humana por el misterio pascual de tu Unigénito, concede, benigno, que quienes anunciamos llenos de fe por medio de los signos sacramentales, su muerte y resurrección, experimentemos un continuo aumento de tu salvación.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
De la carta a los hebreos 3, 7-14
Hermanos: Oigamos lo que dice el Espíritu Santo en un salmo: Ojalá escuchen ustedes la voz del Señor, hoy. No endurezcan su corazón, como el día de la rebelión y el de la prueba en el desierto, cuando sus padres me pusieron a prueba y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras durante cuarenta años. Por eso me indigné contra aquella generación y dije: “Es un pueblo de corazón extraviado, que no ha conocido mis caminos”.
Por eso juré en mi cólera que no entrarían en mi descanso. Procuren, hermanos, que ninguno de ustedes tenga un corazón malo, que se aparte del Dios vivo por no creer en él. Más bien anímense mutuamente cada día, mientras dura este “hoy”, para que ninguno de ustedes, seducido por el pecado, endurezca su corazón; pues si nos ha sido dado el participar de Cristo, es a condición de que mantengamos hasta el fin nuestra firmeza inicial.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
R/. Señor, que no seamos sordos a tu voz.
SALMO RESPONSORIAL (SALMO 94)
Vengan, y puestos de rodillas, adoremos y bendigamos al Señor, que nos hizo, pues él es nuestro Dios y nosotros, su pueblo; él es nuestro pastor y nosotros, sus ovejas. R/.
Hagámosle caso al Señor, que nos dice: “No endurezcan su corazón, como el día de la rebelión en el desierto, cuando sus padres dudaron de mí, aunque habían visto mis obras. R/.
Durante cuarenta años sentí hastío de esta generación. Entonces dije: ‘Este es un pueblo de corazón extraviado que no ha conocido mis caminos’. Por eso juré, lleno de cólera, que no entrarían en mi descanso”. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Cfr. Mt 4, 23)
R/. Aleluya, aleluya.
Jesús predicaba el Evangelio del Reino y curaba toda clase de enfermedades en el pueblo. R/.
EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Marcos 1, 40-45
En aquel tiempo, se le acercó a Jesús un leproso para suplicarle de rodillas: “¡Si tú quieres, puedes curarme”. Jesús se compadeció de él, y extendiendo la mano, lo tocó y le dijo: “¡Sí quiero: sana!” Inmediatamente se le quitó la lepra y quedó limpio.
Al despedirlo, Jesús le mandó con severidad: “No se lo cuentes a nadie; pero para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo prescrito por Moisés”.
Pero aquel hombre comenzó a divulgar tanto el hecho, que Jesús no podía ya entrar abiertamente en la ciudad, sino que se quedaba fuera, en lugares solitarios, a donde acudían a él de todas partes.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
REFLEXIÓN
Entre todas las enfermedades en tiempos de Jesús, la lepra era una de las más devastadoras, pues se interpretaba como signo evidente del pecado. Ella hacía del enfermo un «impuro», un marginado social y religiosamente. Jesús El Señor –sin preocuparse de las prescripciones de la Ley mosaica– toca con su mano al leproso y lo sana. Tal afortunado encuentro pone en contraste la mezquindad de los prejuicios con la libertad de Alguien que, no buscando ningún género de reconocimiento, no duda en ordenarle con severidad: «No se lo cuentes a nadie».
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, al celebrar el memorial de nuestra salvación, imploramos humildemente tu clemencia, a fin de que este sacramento de amor sea para nosotros signo de unidad y vínculo de caridad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 6, 51-52
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo, dice el Señor. El que coma de este pan vivirá eternamente. Y el pan que yo les voy a dar es mi carne, para que el mundo tenga vida.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios nuestro, que la participación en este banquete celestial nos santifique, de modo que, por la recepción del Cuerpo y la Sangre de Cristo, se estreche entre nosotros la unión fraterna.
Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
17
VIERNES 17
Blanco Memoria, SAN ANTONIO ABAD, MR p. 664 [678] / Lecc. I p. 498
Tenía veinte años cuando escuchó aquel pasaje del Evangelio: “Si quieres ser perfecto, ve a vender todo lo que tienes, reparte el dinero entre los pobres y ven y sígueme”. Entonces se fue al desierto. Es considerado como el padre de los monjes de Egipto, en donde vivió casi durante un siglo (+ 356). En aquella vida solitaria lo siguieron muchos discípulos, que en la austeridad buscaban el acercamiento al Señor.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 91, 13-14
El justo florecerá como palmera, y se multiplicará como cedro del Líbano, plantado en la casa del Señor, en los atrios de la casa de nuestro Dios.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que otorgaste a san Antonio, abad, el don de servirte en el desierto con una vida admirable, concédenos, por su intercesión, que, negándonos a nosotros mismos, te amemos siempre sobre todas las cosas.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
De la carta a los hebreos 4, 1-5. 11
Hermanos: Mientras está en pie la promesa de entrar en el descanso de Dios, tengamos cuidado, no sea que alguno se quede fuera. Porque a nosotros también se nos ha anunciado este mensaje de salvación, lo mismo que a los israelitas en el desierto; pero a ellos no les sirvió de nada oírlo, porque no lo recibieron con fe.
En cambio, nosotros, que hemos creído, ciertamente entraremos en aquel descanso, al que se refería el Señor, cuando dijo: Por eso juré en mi cólera que no entrarían en mi descanso.
Los trabajos de Dios terminaron con la creación del mundo, ya que al hablar del séptimo día, la Escritura dice que Dios descansó de todos sus trabajos el día séptimo; y en el pasaje de que estamos hablando, afirma que no entrarían en su descanso.
Apresurémonos, pues, a entrar en ese descanso; no sea que alguno caiga en la infidelidad, como les sucedió a los israelitas.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL (SALMO 77)
R/. No olvidemos las hazañas del Señor.
Cuanto hemos escuchado y conocemos del poder del Señor y de su gloria, cuanto nos han narrado nuestros padres, nuestros hijos lo oirán de nuestra boca. R/.
Que ellos también lo cuenten a sus hijos para que en Dios coloquen su esperanza, cumplan los mandamientos del Señor y no echen al olvido sus hazañas. R/.
Que no vayan a ser, como sus padres, generación rebelde y obstinada, inconstante de corazón e infiel a Dios, de alma. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Lc 7, 16)
R/. Aleluya, aleluya.
Un gran profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo. R/.
EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Marcos 2, 1-12
Cuando Jesús volvió a Cafarnaúm, corrió la voz de que estaba en casa, y muy pronto se aglomeró tanta gente, que ya no había sitio frente a la puerta. Mientras él enseñaba su doctrina, le quisieron presentar a un paralítico, que iban cargando entre cuatro. Pero como no podían acercarse a Jesús por la cantidad de gente, quitaron parte del techo, encima de donde estaba Jesús, y por el agujero bajaron al enfermo en una camilla. Viendo Jesús la fe de aquellos hombres, le dijo al paralítico: “Hijo, tus pecados te quedan perdonados”. Algunos escribas que estaban allí sentados comenzaron a pensar: “¿Por qué habla éste así? Eso es una blasfemia. ¿Quién puede perdonar los pecados sino sólo Dios?”
Conociendo Jesús lo que estaban pensando, les dijo: “¿Por qué piensan así? ¿Qué es más fácil, decirle al paralítico:‘Tus pecados te son perdonados’ o decirle: ‘Levántate, recoge tu camilla y vete a tu casa?’ Pues para que sepan que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar los pecados – le dijo al paralítico –: Yo te lo mando: Levántate, recoge tu camilla y vete a tu casa”.
El hombre se levantó inmediatamente, recogió su camilla y salió de allí a la vista de todos, que se quedaron atónitos y daban gloria a Dios, diciendo: “¡Nunca habíamos visto cosa igual!”
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
REFLEXIÓN
La milagrosa intervención de Jesús sobre el paralítico combina armoniosamente su interés por la situación espiritual del pecador y por la salud física del enfermo. La idea de una salvación “integral” se expresa así en plenitud. La prioridad dada a la remisión de los pecados pone de manifiesto que no basta el bienestar material si éste no va acompañado, además, de una auténtica «vida en el Espíritu». Esto es, de una relación con Dios que, en Cristo, se hace real y presente. Después de su Resurrección, Cristo transmitirá a los suyos este poder de perdonar los pecados (Cfr. Jn 20, 23).
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, las ofrendas de nuestro servicio, que presentamos en tu altar en la conmemoración de san Antonio, y concédenos que, libres de las ataduras de este mundo, seas tú nuestra única riqueza.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 19, 21
Si quieres ser perfecto, ve y vende lo que tienes, dales el dinero a los pobres, y sígueme, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados con el sacramento de la salvación, concédenos, Dios nuestro, que siempre superemos todas las insidias del enemigo, tú que le concediste a san Antonio lograr tan ilustres victorias contra el poder de las tinieblas.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
18
SÁBADO 18
Verde Feria o Misa por la unidad de los cristianos “A” MR p. 1067 [1112] / Lecc. I p. 502
ANTÍFONA DE ENTRADA Jn 10, 14-15
Yo soy el buen pastor, porque conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí, dice el Señor. Así como el Padre me conoce a mí, yo conozco al Padre. Yo doy la vida por mis ovejas.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, que reúnes a los que están dispersos y los mantienes en la unidad, mira benignamente la grey de tu Hijo, para que, a cuantos están consagrados por el único bautismo, también los una la integridad de la fe y los asocie el vínculo de la caridad.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
De la carta a los hebreos 4, 12-16
Hermanos: La palabra de Dios es viva, eficaz y más penetrante que una espada de dos filos. Llega hasta lo más íntimo del alma, hasta la médula de los huesos y descubre los pensamientos e intenciones del corazón. Toda creatura es transparente para ella. Todo queda al desnudo y al descubierto ante los ojos de aquel a quien debemos rendir cuentas.
Puesto que Jesús, el Hijo de Dios, es nuestro sumo sacerdote, que ha entrado en el cielo, mantengamos firme la profesión de nuestra fe. En efecto, no tenemos un sumo sacerdote que no sea capaz de compadecerse de nuestros sufrimientos, puesto que él mismo ha pasado por las mismas pruebas que nosotros, excepto el pecado.
Acerquémonos, por tanto, con plena confianza, al trono de la gracia, para recibir misericordia, hallar la gracia y obtener ayuda en el momento oportuno.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL (SALMO 18)
R/. Tú tienes, Señor, palabras de vida eterna.
La ley del Señor es perfecta del todo y reconforta el alma; inmutables son las palabras del Señor y hacen sabio al sencillo. R/.
En los mandamientos del Señor hay rectitud y alegría para el corazón; son luz los preceptos del Señor para alumbrarel camino. R/.
La voluntad de Dios es santa y para siempre estable; los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos. R/.
Que te sean gratas las palabras de mi boca y los anhelos de mi corazón. Haz, Señor, que siempre te busque, pues eres mi refugio y salvación. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Cfr. Lc 4, 18)
R/. Aleluya, aleluya.
El Señor me ha enviado para anunciar a los pobres la buena nueva y proclamar la liberación a los cautivos. R/.
EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Marcos 2, 13-17
En aquel tiempo, Jesús salió de nuevo a caminar por la orilla del lago; toda la muchedumbre lo seguía y él les hablaba. Al pasar, vio a Leví (Mateo), el hijo de Alfeo, sentado en el banco de los impuestos, y le dijo: “Sígueme”. Él se levantó y lo siguió.
Mientras Jesús estaba a la mesa en casa de Leví, muchos publícanos y pecadores se sentaron a la mesa junto con Jesús y sus discípulos, porque eran muchos los que lo seguían. Entonces unos escribas de la secta de los fariseos, viéndolo comer con los pecadores y publicanos, preguntaron a sus discípulos: “¿Por qué su maestro come y bebe en compañía de publícanos y pecadores?”
Habiendo oído esto, Jesús les dijo: “No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos. Yo no he venido para llamar a los justos, sino a los pecadores”.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
REFLEXIÓN
La vocación del publicano Leví y un banquete en compañía de muchos de los etiquetados como «pecadores», suscitan el escándalo de los letrados. La hipocresía es refractaria a la misericordia de Dios y a sus múltiples formas de revelación. Jesús aprovecha la oportunidad para dejar en claro que entre Él y los pecadores no se da la relación inhumana del dictador con unos súbditos esclavizados, sino la tierna condescendencia del médico con sus pacientes. Por eso los “excluidos” lograrán abrirse gozosamente a la Buena Nueva de la salvación.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, que con un mismo y único sacrificio adquiriste para ti un pueblo de adopción, concede, propicio, a tu Iglesia, los dones de la unidad y de la paz.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. 1 Cor 10, 17
Todos los que participamos de un mismo pan y de un mismo cáliz, somos un solo cuerpo como uno solo es el pan.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, que esta santa comunión, que acabamos de recibir, así como significa la unión de los fieles en ti, así también lleve a efecto la unidad en tu Iglesia.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
19
DOMINGO 19
II DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO, MR p. 414 [412] / Lecc. I p. 265. LH Semana II del Salterio.
110ª Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado: «Dios camina con su pueblo»
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 65, 4
Que se postre ante ti, Señor, la tierra entera; que todos canten himnos en tu honor y alabanzas a tu nombre.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, que gobiernas los cielos y la tierra, escucha con amor las súplicas de tu pueblo y haz que los días de nuestra vida transcurran en tu paz.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
Del libro del profeta Isaías 62, 1-5
Por amor a Sión no me callaré y por amor a Jerusalén no me daré reposo, hasta que surja en ella esplendoroso el justo y brille su salvación como una antorcha.
Entonces las naciones verán tu justicia, y tu gloria todos los reyes. Te llamarán con un nombre nuevo, pronunciado por la boca del Señor. Serás corona de gloria en la mano del Señor y diadema real en la palma de su mano.
Ya no te llamarán “Abandonada”, ni a tu tierra, “Desolada”; a ti te llamarán “Mi complacencia” y a tu tierra, “Desposada”, porque el Señor se ha complacido en ti y se ha desposado con tu tierra.
Como un joven se desposa con una doncella, se desposará contigo tu hacedor; como el esposo se alegra con la esposa, así se alegrará tu Dios contigo.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL (SALMO 95)
R/. Cantemos la grandeza del Señor.
Cantemos al Señor un nuevo canto, que le cante al Señor toda la tierra; cantemos al Señor y bendigámoslo. R/.
Proclamemos su amor día tras día, su grandeza anunciemos a los pueblos; de nación en nación, sus maravillas. R/.
Alaben al Señor, pueblos del orbe, reconozcan su gloria y su poder y tribútenle honores a su nombre. R/.
Caigamos en su templo de rodillas. Tiemblen ante el Señor los atrevidos. “Reina el Señor”, digamos a los pueblos, gobierna a las naciones con justicia. R/.
SEGUNDA LECTURA
De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios 12, 4-11
Hermanos: Hay diferentes dones, pero el Espíritu es el mismo. Hay diferentes servicios, pero el Señor es el mismo. Hay diferentes actividades, pero Dios, que hace todo en todos, es el mismo.
En cada uno se manifiesta el Espíritu para el bien común. Uno recibe el don de la sabiduría; otro, el don de la ciencia. A uno se le concede el don de la fe; a otro, la gracia de hacer curaciones, y a otro más, poderes milagrosos. Uno recibe el don de profecía, y otro, el de discernir los espíritus. A uno se le concede el don de lenguas, y a otro, el de interpretarlas. Pero es uno solo y el mismo Espíritu el que hace todo eso, distribuyendo a cada uno sus dones, según su voluntad.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Cfr. 2 Tes 2, 14)
R/. Aleluya, aleluya.
Dios nos ha llamado, por medio del Evangelio, a participar de la gloria de nuestro Señor Jesucristo. R/.
EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Juan 2, 1-11
En aquel tiempo, hubo una boda en Cana de Galilea, a la cual asistió la madre de Jesús. Este y sus discípulos también fueron invitados. Como llegara a faltar el vino, María le dijo a Jesús: “Ya no tienen vino”. Jesús le contestó: “Mujer, ¿qué podemos hacer tú y yo? Todavía no llega mi hora”. Pero ella dijo a los que servían: “Hagan lo que él les diga”.
Había allí seis tinajas de piedra, de unos cien litros cada una, que servían para las purificaciones de los judíos. Jesús dijo a los que servían: “Llenen de agua esas tinajas”. Y las llenaron hasta el borde. Entonces les dijo: “Saquen ahora un poco y llévenselo
al mayordomo”.
Así lo hicieron, y en cuanto el mayordomo probó el agua convertida en vino, sin saber su procedencia, porque sólo los sirvientes la sabían, llamó al novio y le dijo: “Todo el mundo sirve primero el vino mejor, y cuando los invitados ya han bebido bastante, se sirve el corriente. Tú, en cambio, has guardado el vino mejor hasta ahora”.
Esto que Jesús hizo en Cana de Galilea fue la primera de sus señales milagrosas. Así mostró su gloria y sus discípulos creyeron en él.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Se dice Credo.
ORACIÓN DE LOS FIELES:
Oremos con gran confianza al Señor y pidámosle que escuche compasivamente nuestras plegarias:
Por la santa Iglesia de Dios, para que el Señor, le conceda la paz y la unidad y la proteja en todo el mundo, roguemos al Señor.
Por los gobernantes de nuestra patria y de todas las naciones, para que Dios dirija sus pensamientos y decisiones hacia una auténtica promoción del bien común, roguemos al Señor.
Por los que están en camino de conversión y por los que se preparan a recibir el bautismo, paraque Dios les abra la puerta de su misericordia y les dé parte en la vida nueva en Cristo Jesús, roguemos al Señor.
Por nuestros familiares y amigos que no están ahora aquí con nosotros, para que Dios escuche sus oraciones y lleve a la realidad sus legítimos deseos, roguemos al Señor.
Dios nuestro, que en la hora de la cruz invitaste a la humanidad a unirse a Cristo, Esposo y Señor, haz que la Iglesia experimente en el convite dominical la fuerza transformadora del su amor y sepa pregustar en este banquete fraterno la esperanza de las bodas eternas.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor, participar dignamente en estos misterios, porque cada vez que se celebra el memorial de este sacrificio, se realiza la obra de nuestra redención.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN 1 Jn 4, 16
Nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Infúndenos, Señor, el espíritu de tu caridad, para que, saciados con el pan del cielo, vivamos siempre unidos en tu amor.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
DIOS QUIERE LO MEJOR PARA NOSOTROS (ÁNGELUS DEL 16 DE ENERO DE 2022)
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
El Evangelio de la liturgia de hoy narra el episodio de las bodas de Caná, donde Jesús transforma el agua en vino para la alegría de los esposos. Y concluye así: «Este fue el primero de los signos de Jesús… Así manifestó su gloria, y sus discípulos creyeron en Él» (Jn 2, 11). Notamos que el evangelista Juan no habla de milagro, es decir, de un hecho potente y extraordinario que genera maravilla. Escribe que en Caná tuvo lugar un signo que suscita la fe de los discípulos. Podemos entonces preguntarnos: ¿qué es un “signo” según el Evangelio?
Un signo es un indicio que revela el amor de Dios, que no reclama atención sobre la potencia del gesto, sino sobre el amor que lo ha provocado. Nos enseña algo del amor de Dios, que es siempre cercano, tierno y compasivo. El primer signo sucede mientras dos esposos están en dificultad en el día más importante de sus vidas. En mitad de la fiesta falta un elemento esencial, el vino, y se corre el riesgo de que la alegría se apague entre las críticas y la insatisfacción de los invitados. Figurémonos cómo puede continuar una fiesta de boda solo con agua. ¡Es terrible, los esposos quedan muy mal!
La Virgen se da cuenta del problema y lo señala con discreción a Jesús. Y Él interviene sin clamor, casi sin que se note. Todo se desarrolla reservadamente, “detrás del telón”: Jesús dice a los servidores que llenen las ánforas de agua, que se convierte en vino. Así actúa Dios, con cercanía, con discreción. Los discípulos de Jesús captan esto: ven que gracias a Él la fiesta de boda es aún más hermosa. Y ven también el modo de actuar de Jesús, su servir sin ser visto —así es Jesús: nos ayuda, nos sirve de modo escondido— tanto que los cumplidos por el vino se dirigen luego al esposo, nadie se da cuenta de lo sucedido, solamente los servidores. Así comienza a desarrollarse en los discípulos el germen de la fe, esto es, creen que en Jesús está presente Dios, el amor de Dios.
Es bello pensar que el primer signo que Jesús cumple no es una curación extraordinaria o un prodigio en el templo de Jerusalén, sino un gesto que sale al encuentro de una necesidad simple y concreta de gente común, un gesto doméstico, un milagro —digámoslo así— “de puntillas”, discreto, silencioso. Él está dispuesto para ayudarnos, para levantarnos. Y entonces, si estamos atentos a estos “signos”, su amor nos conquista y nos hacemos discípulos suyos.
Pero hay otro rasgo distintivo del signo de Caná. Generalmente, el vino que se daba al final de la fiesta era el menos bueno; también hoy en día se hace esto, la gente en ese momento no distingue muy bien si un vino es bueno o si está un poco aguado. Jesús, en cambio, hace que la fiesta termine con el mejor vino. Simbólicamente esto nos dice que Dios quiere lo mejor para nosotros, nos quiere felices. No se pone límites y no nos pide intereses. En el signo de Jesús no hay espacio para segundos fines, para pretensiones con respecto a los esposos. No, la alegría que Jesús deja en el corazón es alegría plena y desinteresada. ¡No es una alegría aguada!
Os sugiero un ejercicio que puede hacernos mucho bien. Probemos hoy a buscar entre nuestros recuerdos los signos que el Señor ha realizado en nuestra vida. Que cada uno diga: en mi vida, ¿qué signos ha realizado el Señor? ¿Qué indicios veo de su presencia? Son signos que ha llevado a cabo para mostrarnos que nos ama; pensemos en ese momento difícil en el que Dios me hizo experimentar su amor… Y preguntémonos: ¿con qué signos, discretos y premurosos, me ha hecho sentir su ternura? ¿Cuándo he sentido más cercano al Señor, cuándo he sentido su ternura, su compasión? Cada uno de nosotros ha vivido estos momentos en su historia. Vayamos a buscar esos signos, hagamos memoria. ¿Cómo he descubierto su cercanía? ¿Cómo me ha quedado en el corazón una gran alegría?
Revivamos los momentos en los que hemos experimentado su presencia y la intercesión de María. Que ella, la Madre, que como en Caná está siempre atenta, nos ayude a atesorar los signos de Dios en nuestra vida.
PAPA FRANCISCO
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LUNES 20
Verde / Rojo Feria o SAN FABIÁN, Papa y Mártir o SAN SEBASTIÁN, Mártir MR pp. 665 y 885 [680 y 924] / Lecc. I p. 506
De 236-250 fue Papa. Fueron unos años de paz, organización y de despliegue misional. Durante la persecución del emperador Decio, fue una de las primeras víctimas.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Este es un verdadero mártir, ya que derramó su sangre por Cristo; no temió las amenazas de quienes lo juzgaron y mereció así el Reino de los cielos.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, gloria de tus sacerdotes, concédenos que, mediante la intercesión de tu mártir san Fabián, nos esforcemos en compartir su misma fe y en servirte dignamente.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
De la carta a los hebreos 5, 1-10
Hermanos: Todo sumo sacerdote es un hombre escogido entre los hombres y está constituido para intervenir en favor de ellos ante Dios, para ofrecer dones y sacrificios por los pecados. Él puede comprender a los ignorantes y extraviados, ya que él mismo está envuelto en debilidades. Por eso, así como debe ofrecer sacrificios por los pecados del pueblo, debe ofrecerlos también por los suyos propios.
Nadie puede apropiarse ese honor, sino sólo aquel que es llamado por Dios, como lo fue Aarón. De igual manera, Cristo no se confirió a sí mismo la dignidad de sumo sacerdote; se la otorgó quien le había dicho: Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy. O como dice otro pasaje de la Escritura: Tú eres sacerdote eterno, como Melquisedec.
Precisamente por eso, durante su vida mortal, ofreció oraciones y súplicas, con fuertes voces y lágrimas, a aquel que podía librarlo de la muerte, y fue escuchado por su piedad. A pesar de que era el Hijo, aprendió a obedecer padeciendo, y llegado a su perfección, se convirtió en la causa de la salvación eterna para todos los que lo obedecen y fue proclamado por Dios sumo sacerdote, como Melquisedec.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL (SALMO 109)
R/. Tú eres sacerdote para siempre.
Esto ha dicho el Señor a mi Señor: “Siéntate a mi derecha; yo haré de tus contrarios el estrado donde pongas los pies”. R/.
Extenderá el Señor desde Sión tu cetro poderoso y tú dominarás al enemigo. R/.
Es tuyo el señorío; el día en que naciste, en los montes sagrados, te consagró el Señor antes del alba. R/.
Juró el Señor y no ha de retractarse: “Tú eres sacerdote para siempre, como Melquisedec”. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Heb 4, 12)
R/. Aleluya, aleluya.
La palabra de Dios es viva y eficaz y descubre los pensamientos e intenciones del corazón. R/.
EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Marcos 2, 18-22
En una ocasión en que los discípulos de Juan el Bautista y los fariseos ayunaban, algunos de ellos se acercaron a Jesús y le preguntaron: “¿Por qué los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan, y los tuyos no?” Jesús les contestó: “¿Cómo van a ayunar los invitados a una boda, mientras el novio está con ellos? Mientras está con ellos el novio, no pueden ayunar. Pero llegará el día en que el novio les será quitado y entonces sí ayunarán.
Nadie le pone un parche de tela nueva a un vestido viejo, porque el remiendo encoge y rompe la tela vieja y se hace peor la rotura. Nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque el vino rompe los odres, se perdería el vino y se echarían a perder los odres. A vino nuevo, odres nuevos”.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
REFLEXIÓN
El mensaje de Jesús no es una especie de “parche mal pegado”, cuya finalidad es enmendar los estropicios de la corrupción humana. Su originalidad no se puede reducir a cubrir las formas de la religiosidad tradicional. Jesús es nada menos que el «Esposo»: Él posee, por eso, una fuerza capaz de formar un hombre enteramente nuevo. Él ofrece a los convidados al banquete una dimensión festiva que –superando la simple penitencia exterior– ha de desembocar luego, con gran naturalidad, en la preocupación por el hermano.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Dios clementísimo, derrama tu bendición sobre estos dones y afiánzanos en la fe que san Fabián atestiguó con la efusión de su sangre.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Jn 15, 1. 5
Yo soy la vid verdadera y ustedes, los sarmientos, dice el Señor; el que permanece en mí y yo en él, ése dará fruto abundante.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Renovados por estos sagrados misterios, te rogamos, Señor, que, imitando la admirable constancia de san Fabián, merezcamos, por nuestra perseverancia, conseguir el premio eterno.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
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MARTES 21
Rojo Memoria, SANTA INÉS, Virgen y Mártir, MR pp. 666 y 891 [681 y 931] / Lecc. I p. 510
La jovencita romana, Inés, tendría entre 12 y 15 años, cuando espontáneamente se ofreció a morir por su fe cristiana, en el tiempo que arreciaba la persecución de Diocleciano (305). San Ambrosio nos ha conservado el relato del martirio de santa Inés, a quien la Iglesia le ha tenido una especial devoción.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Ya sigue al Cordero crucificado por nosotros, la virgen llena de valor, ofrenda de pudor y víctima de castidad.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, que escoges lo débil del mundo para confundir a los fuertes, concede propicio, a quienes celebramos el martirio de santa Inés, que imitemos su firmeza en la fe.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos
PRIMERA LECTURA
De la carta a los hebreos 6, 10-20
Hermanos: Dios no es injusto para olvidar los trabajos de ustedes y el amor que le han mostrado al servir a sus hermanos en la fe, como lo siguen haciendo hasta hoy. Deseamos, sin embargo, que todos y cada uno de ustedes mantenga hasta el fin el mismo fervor y diligencia, para alcanzar la plenitud de su esperanza. Así, lejos de volverse negligentes, serán ustedes imitadores de aquellos que, por la fe y la paciencia, heredan lo prometido por Dios.
En efecto, cuando Dios hizo la promesa a Abraham, como no había nada superior por lo cual jurar, juró por sí mismo, diciendo: Te colmaré de bendiciones y te daré una descendencia innumerable. Por este motivo, Abraham perseveró en la paciencia y alcanzó lo prometido por Dios. Cuando los hombres juran, lo hacen por alguien superior a ellos, y el juramento pone fin a toda discusión. También Dios, cuando quiso mostrar con plenitud a los herederos de la promesa lo irrevocable de su decisión, se comprometió con un juramento.
Así pues, mediante estos dos actos irrevocables, promesa y juramento, en los cuales Dios no puede mentir, tenemos un consuelo poderoso los que buscamos un refugio en la esperanza de lo prometido. Esta esperanza nos mantiene firmes y seguros, porque está anclada en el interior del santuario, ahí donde Jesús entró, precediéndonos, constituido sumo sacerdote, como Melquisedec.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL (SALMO 110)
R/. El Señor se acuerda siempre de su alianza.
Quiero alabar a Dios, de corazón, en las reuniones de los justos. Grandiosas son las obras del Señor y para todo fiel, dignas de estudio. R/.
Ha hecho inolvidables sus prodigios. El Señor es piadoso y es clemente. Acordándose siempre de su alianza, él le da de comer al que lo teme. R/.
Él redimió a su pueblo y estableció su alianza para siempre. Dios es santo y terrible y su gloria perdura eternamente. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Cfr. Ef 1, 17-18)
R/. Aleluya, aleluya.
Que el Padre de nuestro Señor Jesucristo ilumine nuestras mentes, para que podamos comprender cuál es la esperanza que nos da su llamamiento. R/.
EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Marcos 2, 23-28
En sábado Jesús iba caminando entre los sembrados, y sus discípulos comenzaron a arrancar espigas al pasar. Entonces
los fariseos le preguntaron: “¿Por qué hacen tus discípulos algo que no está permitido hacer en sábado?” Él les respondió: “¿No han leído acaso lo que hizo David una vez que tuvo necesidad y padecían hambre él y sus compañeros? Entró en la casa de Dios, en tiempos del sumo sacerdote Abiatar, comió de los panes sagrados, que sólo podían comer los sacerdotes, y les dio también a sus compañeros”.
Luego añadió Jesús: “El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado. Y el Hijo del hombre también es dueño del sábado”.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
REFLEXIÓN
En una de sus más célebres frases, Jesús proclama la superioridad del hombre sobre cualquier forma de legislación mortificante, incluso de índole religiosa. El valor supremo no está, finalmente, en lo abstracto de una norma o en lo convincente de una ideología, sino en la persona humana concreta. Este principio nos revela, además, a Jesús como libre «Señor», frente a cualquier clase de instituciones o tradiciones humanas. De ahí que Él tenga –como auténtico «dueño del sábado»– el poder de otorgarle su auténtico sentido (Cfr. Mc 2, 28).
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te pedimos, Señor, que los dones que te presentamos en la celebración de santa Inés, por tu gracia, te sean agradables, así como te fue grato el combate de su martirio.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Apoc 7, 17
El Cordero, que está en el trono, los conducirá a las fuentes del agua de la vida.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor Dios, que coronaste entre los santos a la bienaventurada Inés por la doble victoria de su virginidad y de su martirio, concédenos, por la eficacia de este sacramento, que, venciendo valerosamente todo mal, consigamos la gloria del cielo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
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MIÉRCOLES 22
Verde / Rojo Feria o SAN VICENTE, Diácono y Mártir MR pp. 666 y 883 [681 y 922] / Lecc. I p. 514
Era diácono de Zaragoza, cuando lo condenaron a morir, en Valencia, junto con su obispo, Valerio (304 o 305). Igual que Lorenzo de Roma, Vicente representa un modelo completo de servicio en la Iglesia: el diácono era un auxiliar del obispo para ofrecen sacrificio y para gobernar a la comunidad. Además, Vicente acompañó a su obispo en la hora suprema de la verdad.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Este santo luchó hasta la muerte por la ley de Dios y no se aterrorizó ante la amenaza de los impíos, pues estaba afianzado sobre roca firme.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, infunde bondadosamente tu Espíritu en nosotros, para que nuestros corazones sean fortalecidos por aquel amor invencible con el que tu santo mártir Vicente venció todos los tormentos corporales.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
De la carta a los hebreos 7, 1-3. 15-17
Hermanos: Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios altísimo, salió al encuentro de Abraham, cuando éste volvía de derrotar a los reyes, y lo bendijo. Abraham le dio entonces la décima parte de todo el botín. El nombre de Melquisedec, significa rey de justicia y el título rey de Salem, significa rey de paz. No se mencionan ni su padre ni su madre, y aparece sin antepasados. Tampoco se encuentra el principio ni el fin de su vida. Es la figura del Hijo de Dios, y como él, permanece sacerdote para siempre. En efecto, como Melquisedec, Jesucristo ha sido constituido sacerdote, en virtud de su propia vida indestructible y no por la ley, que señalaba que los sacerdotes fueran de la tribu de Leví. La palabra misma de Dios lo atestigua, cuando dice: Tú eres sacerdote para siempre, como Melquisedec.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO 109
R/. Tú eres sacerdote para siempre.
Esto ha dicho el Señor a mi Señor: “Siéntate a mi derecha; yo haré de tus contrarios el estrado donde pongas los pies”. R/.
Extenderá el Señor desde Sión tu cetro poderoso y tú dominarás al enemigo. R/.
Es tuyo el señorío; el día en que naciste, en los montes sagrados, te consagró el Señor antes del alba. R/.
Juró el Señor y no ha de retractarse: “Tú eres sacerdote para siempre, como Melquisedec”. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Cfr. Mt 4, 23)
R/. Aleluya, aleluya.
Jesús predicaba el Evangelio del Reino y curaba las enfermedades y dolencias del pueblo. R/.
EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Marcos 3, 1-6
En aquel tiempo, Jesús entró en la sinagoga, donde había un hombre que tenía tullida una mano. Los fariseos estaban espiando a Jesús para ver si curaba en sábado y poderlo acusar. Jesús le dijo al tullido: “Levántate y ponte allí en medio”.
Después les preguntó: “¿Qué es lo que está permitido hacer en sábado, el bien o el mal? ¿Se le puede salvar la vida a un hombre en sábado o hay que dejarlo morir?” Ellos se quedaron callados. Entonces, mirándolos con ira y con tristeza, porque no querían entender, le dijo al hombre: “Extiende tu mano”. La extendió, y su mano quedó sana. Entonces se fueron los fariseos y comenzaron a hacer planes con los del partido de Herodes para matar a Jesús.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
REFLEXIÓN
El pasaje evangélico concluye una serie de ríspidas controversias con sus habituales adversarios que, obstinados en su cerrazón ante la verdad, deciden abiertamente darle muerte. Se nos ofrece aquí, además, una elocuente aplicación de lo enunciado anteriormente por Jesús en relación al «reposo sabático». A enfrentarse están ahora la actitud rigorista de los insensibles letrados –y, en general, de la “opinión pública” de su tiempo– con la actitud compasiva de Jesús. Él se declara abiertamente a favor del enfermo y de que vuelva a llevar una vida en plenitud.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Santifica, Señor, con tu bendición, los dones que te presentamos, para que, por tu gracia, nos inflamen en aquel fuego de tu amor con el que san Vicente venció en su cuerpo todos los tormentos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Mt 16, 24
El que me sigue no caminará en la oscuridad y tendrá la luz de la vida, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que el santo sacramento que recibimos, Señor, nos comunique aquella fortaleza de espíritu que hizo a tu mártir san Vicente fiel en tu servicio y victorioso en su pasión.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
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JUEVES 23
Feria del Tiempo Ordinario: Jueves de la 2a. semana
ANTÍFONA DE ENTRADA
El Señor es mi refugio, lo invoqué y me libró. Me salvó porque me ama.
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Señor, que tu poder pacificador dirija el curso de los acontecimientos del mundo y que tu Iglesia se regocije al poder servirte con tranquilidad.
Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.
PRIMERA LECTURA
De la carta a los hebreos 7, 23-8, 6
Hermanos: Durante la antigua alianza hubo muchos sacerdotes, porque la muerte les impedía permanecer en su oficio. En cambio, Jesucristo tiene un sacerdocio eterno, porque él permanece para siempre. De ahí que sea capaz de salvar, para siempre, a los que por su medio se acercan a Dios, ya que vive eternamente para interceder por nosotros.
Ciertamente que un sumo sacerdote como éste era el que nos convenía: santo, inocente, inmaculado, separado de los pecadores y elevado por encima de los cielos; que no necesita, como los demás sacerdotes, ofrecer diariamente víctimas, primero por sus pecados y después por los del pueblo, porque esto lo hizo de una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo. Porque los sacerdotes constituidos por la ley eran hombres llenos de fragilidades; pero el sacerdote constituido por las palabras del juramento posterior a la ley, es el Hijo eternamente perfecto.
Ahora bien, lo más importante de lo que estamos diciendo es que tenemos en Jesús a un sumo sacerdote tan excelente, que está sentado a la derecha del trono de Dios en el cielo, como ministro del santuario y del verdadero tabernáculo, levantado por el Señor y no por los hombres.
Todo sumo sacerdote es nombrado para que ofrezca dones y sacrificios; por eso era también indispensable que él tuviera algo que ofrecer. Si él se hubiera quedado en la tierra, ni siquiera sería sacerdote, habiendo ya quienes ofrecieran los dones prescritos por la ley. Pero éstos son ministros de un culto que es figura y sombra del culto celestial, según lo reveló Dios a Moisés, cuando le mandó que construyera el tabernáculo: Mira, le dijo, lo harás todo según el modelo que te mostré en el monte. En cambio, el ministerio de Cristo es tanto más excelente, cuanto que él es el mediador de una mejor alianza, fundada en mejores promesas.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL (SALMO 39)
R/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Sacrificios y ofrendas no quisiste, abriste, en cambio, mis oídos a tu voz. No exigiste holocaustos por la culpa, así que dije: “Aquí estoy”. R/.
En tus libros se me ordena hacer tu voluntad; esto es, Señor, lo que deseo: tu ley en medio de mi corazón. R/.
He anunciado tu justicia en la gran asamblea; no he cerrado mis labios, tú lo sabes, Señor. R/.
Que se gocen en ti y que se alegren todos los que te buscan. Cuantos quieren de ti la salvación repiten sin cesar: “¡Qué grande es Dios!” R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Cfr. 2 Tim 1, 10)
R/. Aleluya, aleluya.
Jesucristo, nuestro Salvador, ha vencido la muerte y ha hecho resplandecer la vida por medio del Evangelio. R/.
EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Marcos 3, 7-12
En aquel tiempo, Jesús se retiró con sus discípulos a la orilla del mar, seguido por una muchedumbre de galileos. Una gran multitud, procedente de Judea y Jerusalén, de Idumea y Transjordania y de la parte de Tiro y Sidón, habiendo tenido noticias de lo que Jesús hacía, se trasladó a donde él estaba.
Entonces rogó Jesús a sus discípulos que le consiguieran una barca para subir en ella, porque era tanta la multitud, que estaba a punto de aplastarlo. En efecto, Jesús había curado a muchos, de manera que todos los que padecían algún mal, se le echaban encima para tocarlo. Cuando los poseídos por espíritus inmundos lo veían, se echaban a sus pies y gritaban: “Tú eres el Hijo de Dios”. Pero Jesús les prohibía que lo manifestaran.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
REFLEXIÓN
El texto nos reporta una de las incontables y muy intensas jornadas de la vida de Jesús. La tarea del «Mesías» es la de revelar –más que nada con sus obras– el rostro paterno de Dios.
San Marcos nos presenta al Señor profundamente arraigado en el contexto humano. Son especialmente los enfermos, los endemoniados y, sobre todo, las grandes multitudes las que lo rodean y no le dan tregua. El secreto de esta capacidad de atracción radica en su condición de Hijo de Dios, reconocida, sorpresivamente, incluso por los mismos «espíritus inmundos».
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN
Cantaré al Señor por el bien que me ha hecho, y entonaré un himno de alabanza al Dios Altísimo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados por estos dones de salvación, suplicamos, Señor, tu misericordia, para que este sacramento que nos nutre en nuestra vida temporal nos haga partícipes de la vida eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
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VIERNES 24
Blanco Memoria de SAN FRANCISCO DE SALES, Obispo y Doctor de la Iglesia MR pp. 667 y 896 [682 y 935] / Lecc. I p. 518
Fue esencialmente un pastor de almas (1567-1622). Fue misionero y después obispo de Ginebra (residente en Annecy), fundó la orden de las religiosas de la Visitación junto con santa Juana Francisca Fremiot de Chantal. Se hizo todo a todos por medio de la palabra hablada y escrita, y mantuvo conversaciones teológicas con los protestantes. Se preocupaba de todos, pequeños y grandes, y puso al alcance de todos ellos la vida espiritual.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Ez 34, 11. 23-24
Buscaré a mis ovejas, dice el Señor, y les daré un pastor que las apaciente, y yo, el Señor, seré su Dios.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que para la salvación de las almas quisiste que el obispo san Francisco de Sales se hiciera todo para todos, concédenos que, a ejemplo suyo, mostremos siempre la mansedumbre de tu amor en el servicio a los hermanos.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
De la carta a los hebreos 8, 6-13
Hermanos: Jesucristo, nuestro sumo sacerdote, ha obtenido un ministerio tanto más excelente, cuanto que él es el mediador de una mejor alianza, fundada en mejores promesas. Si aquella primera alianza hubiera sido perfecta, no habría habido lugar para una segunda. Pero, de hecho, Dios la encuentra imperfecta, cuando reprendiendo a los israelitas, les dice: Se acerca el tiempo en que haré con la casa de Israel y con la casa de Judá una alianza nueva, dice el Señor. No será como la alianza que hice con los padres de ustedes cuando los tomé de la mano para sacarlos de Egipto, porque ellos rompieron mi alianza y yo tuve que hacer un escarmiento con ellos. Esta es la alianza nueva que voy a hacer con la casa de Israel: Voy a poner mi ley en lo más profundo de su mente y voy a grabarla en sus corazones. Yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. Ya nadie tendrá que instruir a su prójimo ni a su hermano, diciéndole:
“Conoce al Señor”, porque todos me van a conocer, desde el más pequeño hasta el mayor de todos, cuando yo les perdone sus culpas y olvide para siempre sus pecados. Conforme a esto, al hablar de una alianza nueva, Dios declara anticuada la primera, y lo que es anticuado y envejecido está próximo a la desaparición.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL (SALMO 84)
R/. Muéstranos, Señor, tu misericordia.
Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación. Está ya cerca nuestra salvación y la gloria del Señor habitará en la tierra. R/.
La misericordia y la verdad se encontraron, la justicia y la paz se besaron, la fidelidad brotó en la tierra y la justicia vino del cielo. R/.
Cuando el Señor nos muestre su bondad, nuestra tierraproducirá su fruto. La justicia le abrirá camino al Señor e irá siguiendo sus pisadas. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Cfr. 2 Cor 5, 19)
R/. Aleluya, aleluya.
Dios ha reconciliado consigo al mundo, por medio de Cristo, y nos ha encomendado a nosotros el mensaje de la reconciliación. R/.
EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Marcos 3, 13-19
En aquel tiempo, Jesús subió al monte, llamó a los que él quiso, y ellos lo siguieron. Constituyó a doce para que se quedaran con él, para mandarlos a predicar y para que tuvieran el poder de expulsar a los demonios.
Constituyó entonces a los Doce: a Simón, al cual le impuso el nombre de Pedro; después, a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, a quienes dio el nombre de Boanergues, es decir “hijos del trueno”; a Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Tadeo, Simón el Cananeo y a Judas Iscariote, que después lo traicionó.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
REFLEXIÓN
Para la noble y exigente tarea que habría de encomendarles, Jesús escogió a “los suyos” con absoluta libertad. Los «Doce» serán de ahora en adelante el fundamento de la Iglesia, como las doce tribus fueron la base del antiguo Israel. La característica de los llamados ha de ser, por tanto, doble: la indispensable intimidad con Jesús, de la que luego brotará, en forma natural y espontánea, la urgencia de la misión. Él escogió personas con cualidades diversas: no todos grandes, no todos perfectos, pero sí todos decididos a ser sus «amigos»
(Cfr. Jn 15, 15; Mt 26, 50).
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Por esta ofrenda de salvación que te presentamos, Señor, enciende nuestro corazón con aquel divino fuego del Espíritu Santo con el que de manera admirable inflamaste el corazón lleno de mansedumbre de san Francisco de Sales.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Jn 15, 16
No son ustedes los que me han elegido, dice el Señor, soy yo quien los ha elegido y los ha destinado para que vayan y den fruto y su fruto permanezca.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Dios todopoderoso, que, por este sacramento que acabamos de recibir, imitando en la tierra la caridad y la mansedumbre de san Francisco de Sales, consigamos también la gloria del cielo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
25
SÁBADO 25
Blanco Fiesta, LA CONVERSIÓN DE SAN PABLO MR p. 668 [683] / Lecc. I p. 987
En su camino hacia Damasco, Saulo de Tarso descubrió que Jesús de Nazaret era el Mesías, que había resucitado el domingo de Pascua y que él formaba una sola cosa con sus hermanos, los cristianos. Este maravilloso descubrimiento marcaría toda la vida de Pablo.
ANTÍFONA DE ENTRADA 2 Tim 1, 12; 4, 8
Yo sé bien en quién tengo puesta toda mi confianza y estoy convencido de que él es poderoso; el Señor, justo juez, me dará la recompensa el día de su venida.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que adoctrinaste al mundo entero con la predicación del apóstol san Pablo, concédenos que, caminando hacia ti siguiendo el ejemplo de aquel cuya conversión hoy celebramos, seamos testigos de tu verdad en el mundo.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
Del libro de los Hechos de los Apóstoles 22, 3-16
En aquellos días, Pablo dijo al pueblo: “Yo soy judío, nací en Tarso de Cilicia, pero me crié aquí, en Jerusalén; fui alumno de Gamaliel y aprendí a observar en todo su rigor la ley de nuestros padres y estaba tan lleno de fervor religioso, como lo están ustedes ahora. Perseguí a muerte a la religión cristiana, encadenando y metiendo en la cárcel a hombres y mujeres, como pueden atestiguarlo el sumo sacerdote y todo el consejo de los ancianos.
Ellos me dieron cartas para los hermanos de Damasco y me dirigí hacia allá en busca de creyentes para traerlos presos a Jerusalén y castigarlos. Pero en el camino, cerca ya de Damasco, a eso del mediodía, de repente me envolvió una gran luz venida del cielo; caí por tierra y oí una voz que me decía: ‘Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?’ Yo le respondí: ‘Señor, ¿quién eres tú? ’ Él me contestó: ‘Yo soy Jesús de Nazaret, a quien tú persigues’. Los que me acompañaban vieron la luz, pero no oyeron la voz del que me hablaba. Entonces yo le dije: ‘¿Qué debo hacer, Señor? ’ El Señor me respondió: ‘Levántate y vete a Damasco; allá te dirán todo lo que tienes que hacer’. Como yo no podía ver, cegado por el resplandor de aquella luz, mis compañeros me llevaron de la mano hasta Damasco.
Allí, un hombre llamado Ananías, varón piadoso y observante de la ley, muy respetado por todos los judíos que vivían en Damasco, fue a verme, se me acercó y me dijo: ‘Saulo, hermano, recobra la vista’. Inmediatamente recobré la vista y pude verlo. Él me dijo: ‘El Dios de nuestros padres te ha elegido para que conocieras su voluntad, vieras al Justo y escucharas sus palabras, porque deberás atestiguar ante todos los hombres lo que has visto y oído. Y ahora, ¿qué esperas? Levántate, recibe el bautismo, reconoce que Jesús es el Señor y queda limpio de tus pecados’ ”.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL (SALMO 116)
R/. Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio.
Que alaben al Señor todas las naciones, que lo aclamen todos los pueblos. R/.
Porque grande es su amor hacia nosotros y su fidelidad dura por siempre. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Jn 15, 16)
R/. Aleluya, aleluya.
Yo los he elegido del mundo, dice el Señor, para que vayan y den fruto y su fruto permanezca. R/.
EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Marcos 16, 15-18
En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo: “Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda creatura. El que crea y se bautice, se salvará; el que se resista a creer, será condenado. Estos son los milagros que acompañarán a los que hayan creído: arrojarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos, y si beben un veneno mortal, no les hará daño; impondrán las manos a los enfermos y éstos quedarán sanos”.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
REFLEXIÓN
Esta fiesta –instituida en las Galias en el siglo VI, con ocasión del traslado de algunas supuestas reliquias del Apóstol– entró en el calendario romano sólo hacia el siglo IX… Ella nos recuerda la aparición de Cristo a san Pablo en el camino de Damasco, narrada en tres pasajes de los Hechos de los Apóstoles (9, 1-30; 22, 3-21; 26, 9-20). A esta sorpresiva y extraordinaria visión está vinculado el tránsito de una mentalidad de intransigente fanático de la Ley de Moisés y acérrimo perseguidor de los cristianos, a infatigable Apóstol de Jesucristo… Él –al recibir y desarrollar la intuición universalista del diácono Esteban, de cuya muerte fue testigo y casi cómplice– se transforma por eso en intrépido heraldo del Evangelio y en difusor incansable de esta Buena Nueva. Tal «conversión» ha de situarse en la base de muchos e importantes elementos de su doctrina, en particular del tema del poder de la gracia que opera de parte de Dios por medio de Cristo y con la fuerza del Espíritu Santo. Esta conversión es, por cierto, uno de los más importantes acontecimientos de la historia de la Iglesia, que a él le debe su arrojo misionero entre los paganos y la primera reflexión teológica global acerca del mensaje cristiano.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Al celebrar estos divinos misterios, te suplicamos, Señor, que el Espíritu Santo derrame sobre nosotros la luz de la fe que iluminó al apóstol san Pablo para propagar tu gloria sin descanso.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I de los Apóstoles, p. 531 [149].
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Gal 2, 20
Vivo de la fe en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó a la muerte por mí.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, Dios nuestro, los sacramentos que hemos recibido fortalezcan en nosotros el fuego de la caridad que encendió con ímpetu al apóstol san Pablo, para tomar sobre sí el cuidado de todas las Iglesias.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Puede utilizarse la fórmula de bendición solemne, p. 602 [611].
26
DOMINGO 26
III DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO; «Domingo de la Palabra de Dios». MR p. 415 [413] / Lecc. I p. 268. LH Semana III del Salterio.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 95, 1. 6
Canten al Señor un cántico nuevo, hombres de toda la tierra, canten al Señor. Hay brillo y esplendor en su presencia, y en su templo, belleza y majestad.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, dirige nuestros pasos de manera que podamos agradarte en todo y así merezcamos, en nombre de tu Hijo amado, abundar en toda clase de obras buenas.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
Del libro de Nehemías 8, 2-4a. 5-6. 8-10
En aquellos días, Esdras, el sacerdote, trajo el libro de la ley ante la asamblea, formada por los hombres, las mujeres y todos los que tenían uso de razón.
Era el día primero del mes séptimo, y Esdras leyó desde el amanecer hasta el mediodía, en la plaza que está frente a la puerta del Agua, en presencia de los hombres, las mujeres y todos los que tenían uso de razón. Todo el pueblo estaba atento a la lectura del libro de la ley. Esdras estaba de pie sobre un estrado de madera, levantado para esta ocasión. Esdras abrió el libro a la vista del pueblo, pues estaba en un sitio más alto que todos, y cuando lo abrió, el pueblo entero se puso de pie. Esdras bendijo entonces al Señor, el gran Dios, y todo el pueblo, levantando las manos, respondió: “¡Amén!”, e inclinándose, se postraron rostro en tierra.
Los levitas leían el libro de la ley de Dios con claridad y explicaban el sentido, de suerte que el pueblo comprendía la lectura.
Entonces Nehemías, el gobernador, Esdras, el sacerdote y escriba, y los levitas que instruían a la gente, dijeron a todo el pueblo: “Este es un día consagrado al Señor, nuestro Dios. No estén ustedes tristes ni lloren (porque todos lloraban al escucharlas palabras de la ley). Vayan a comer espléndidamente, tomen bebidas dulces y manden algo a los que nada tienen, pues hoy es un día consagrado al Señor, nuestro Dios. No estén tristes, porque celebrar al Señor es nuestra fuerza”.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL (SALMO 18)
R/. Tú tienes, Señor, palabras de vida eterna.
La ley del Señor es perfecta del todo y reconforta el alma; inmutables son las palabras del Señor y hacen sabio al sencillo. R/.
En los mandamientos del Señor hay rectitud y alegría para el corazón; son luz los preceptos del Señor para alumbrar
el camino. R/.
La voluntad de Dios es santa y para siempre estable; los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos. R/.
Que sean gratas las palabras de mi boca y los anhelos de mi corazón. Haz, Señor, que siempre te busque, pues eres mi refugio y salvación. R/.
Lo que va entre [ ] se pude suprimir por motivos pastorales.
SEGUNDA LECTURA
De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios 12, 12-30
Hermanos: Así como el cuerpo es uno y tiene muchos miembros y todos ellos, a pesar de ser muchos, forman un solo cuerpo, así también es Cristo. Porque todos nosotros, seamos judíos o no judíos, esclavos o libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo, y a todos se nos ha dado a beber del mismo Espíritu.
[El cuerpo no se compone de un solo miembro, sino de muchos. Si el pie dijera: “No soy mano, entonces no formo parte del cuerpo”, ¿dejaría por eso de ser parte del cuerpo? Y si el oído dijera: “Puesto que no soy ojo, no soy del cuerpo”, ¿dejaría por eso de ser parte del cuerpo? Si todo el cuerpo fuera ojo, ¿con qué oiríamos? Y si todo el cuerpo fuera oído, ¿con qué oleríamos? Ahora bien, Dios ha puesto los miembros del cuerpo cada uno en su lugar, según lo quiso. Si todos fueran un solo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo?
Cierto que los miembros son muchos, pero el cuerpo es uno solo. El ojo no puede decirle a la mano: “No te necesito”; ni la cabeza, a los pies: “Ustedes no me hacen falta”. Por el contrario, los miembros que parecen más débiles son los más necesarios. Y a los más íntimos los tratamos con mayor decoro, porque los demás no lo necesitan. Así formó Dios el cuerpo, dando más honor a los miembros que carecían de él, para que no haya división en el cuerpo y para que cada miembro se preocupe de los demás. Cuando un miembro sufre, todos sufren con él; y cuando recibe honores, todos se alegran con él.
Pues bien,] ustedes son el cuerpo de Cristo y cada uno es un miembro de él. [En la Iglesia, Dios ha puesto en primer lugar a los apóstoles; en segundo lugar, a los profetas; en tercer lugar, a los maestros; luego, a los que hacen milagros, a los que tienen el don de curar a los enfermos, a los que ayudan, a los que administran, a los que tienen el don de lenguas y el de interpretarlas. ¿Acaso son todos apóstoles? ¿Son todos profetas? ¿Son todos maestros? ¿Hacen todos milagros? ¿Tienen todos el don de curar? ¿Tienen todos el don de lenguas y todos las interpretan?]
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Cfr. Lc 4, 18.)
R/. Aleluya, Aleluya.
El Señor me ha enviado para anunciar a los pobres la buena nueva y proclamar la liberación a los cautivos. R/.
EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Lucas 1, 1-4; 4, 14-21
Muchos han tratado de escribir la historia de las cosas que pasaron entre nosotros, tal y como nos las trasmitieron los que las vieron desde el principio y que ayudaron en la predicación.
Yo también, ilustre Teófilo, después de haberme informado minuciosamente de todo, desde sus principios, pensé escribírtelo por orden, para que veas la verdad de lo que se te ha enseñado. (Después de que Jesús fue tentado por el demonio en el desierto), impulsado por el Espíritu, volvió a Galilea. Iba enseñando en las sinagogas; todos lo alababan y su fama se extendió por toda la región. Fue también a Názaret, donde se había criado. Entró en la sinagoga, como era su costumbre hacerlo los sábados, y se levantó para hacer la lectura. Se le dio el volumen del profeta Isaías, lo desenrolló y encontró el pasaje en que estaba escrito: El espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para llevar a los pobres la buena nueva, para anunciar la liberación a los cautivos y la curación a los ciegos, para dar libertad a los oprimidos y proclamar el año de gracia del Señor. Enrolló el volumen, lo devolvió al encargado y se sentó. Los ojos de todos los asistentes a la sinagoga estaban fijos en él. Entonces comenzó a hablar, diciendo: “Hoy mismo se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír”.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Se dice Credo.
Oremos a Dios Padre todopoderoso, en cuyas manos está el destino del universo, y pidámosle confiadamente que escuche las oraciones de su pueblo:
ORACIÓN DE LOS FIELES:
Por la santa Iglesia de Dios, para que busque cada día con mayor afán el rostro de su Señor, y sus fieles se esfuercen en purificarse de todas sus faltas y pecados, roguemos al Señor.
Por los que gobiernan las naciones, para que trabajen con interés y constancia por el bienestar de sus conciudadanos, a fin de que reine entre los pueblos la justicia y la paz, roguemos al Señor.
Por lo enfermos, los encarcelados y por todos los que sufren, para que Dios, Padre de misericordia, venga en auxilio de sus necesidades, roguemos al Señor.
Por todos los que estamos aquí reunidos, para que el Señor nos conceda perseverar en la fe y progresar en el mutuo amor, roguemos al Señor.
Dios nuestro, que has enviado a tu Hijo para anunciar el Evangelio a los pobres, la libertad a los cautivos y a los ciegos la vista, haz que tu palabra resuene con fuerza en el mundo, y que a nosotros nos transforme en instrumentos eficaces de libertad y salvación para todos los hombres.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, benignamente, nuestros dones, y santifícalos, a fin de que nos sirvan para nuestra salvación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 33, 6
Acudan al Señor; quedarán radiantes y sus rostros no se avergonzarán.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Dios todopoderoso que, al experimentar el efecto vivificante de tu gracia, nos sintamos siempre dichosos por este don tuyo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
DOMINGO DE LA PALABRA DE DIOS (HOMILÍA, DOMINGO 23 DE ENERO DE 2022)
En la primera Lectura y en el Evangelio encontramos dos gestos paralelos: el sacerdote Esdras tomó el libro de la ley de Dios, lo abrió y lo proclamó delante de todo el pueblo; Jesús, en la sinagoga de Nazaret, abrió el volumen de la Sagrada Escritura y leyó un pasaje del profeta Isaías delante de todos. Son dos escenas que nos comunican una realidad fundamental: en el centro de la vida del pueblo santo de Dios y del camino de la fe no estamos nosotros, con nuestras palabras; en el centro está Dios con su Palabra.
Todo comenzó con la Palabra que Dios nos dirigió. En Cristo, su Palabra eterna, el Padre «nos eligió antes de la creación del mundo» (Ef 1,4). Con su Palabra creó el universo: «Él lo dijo y así sucedió» (Sal 33,9). Desde la antigüedad nos habló por medio de los profetas (cf. Hb 1,1); por último, en la plenitud del tiempo, nos envió su misma Palabra, el Hijo unigénito (cf. Ga 4,4). Por esto, al finalizar la lectura de Isaías, Jesús en el Evangelio anuncia algo inaudito: «Esta lectura se ha cumplido hoy» (Lc 4,21). Se ha cumplido; la Palabra de Dios ya no es una promesa, sino que se ha realizado. En Jesús se hizo carne. Por obra del Espíritu Santo habitó entre nosotros y quiere hacernos su morada, para colmar nuestras expectativas y sanar nuestras heridas.
Hermanas y hermanos, tengamos la mirada fija en Jesús, como la gente en la sinagoga de Nazaret (cf. v. 20), —lo miraban, era uno de ellos: ¿qué novedad? ¿qué hará éste, del que tanto se habla?— y acojamos su Palabra. Meditemos hoy dos aspectos de ella que están unidos entre sí: la Palabra revela a Dios y la Palabra nos lleva al hombre. Ella esta al centro, revela a Dios y nos lleva al hombre.
En primer lugar, la Palabra revela a Dios. Jesús, al comienzo de su misión, comentando ese pasaje específico del profeta Isaías, anuncia una opción concreta: ha venido para liberar a los pobres y oprimidos (cf. v. 18). De este modo, precisamente por medio de las Escrituras, nos revela el rostro de Dios como el de Aquel que se hace cargo de nuestra pobreza y le preocupa nuestro destino. No es un tirano que se encierra en el cielo, esa es una fea imagen de Dios, sino un Padre que sigue nuestros pasos. No es un frío observador indiferente e imperturbable, un Dios “matemático”. Es el Dios con nosotros, que se apasiona con nuestra vida y se identifica hasta llorar nuestras mismas lágrimas. No es un dios neutral e indiferente, sino el Espíritu amante del hombre, que nos defiende, nos aconseja, toma partido a nuestro favor, se involucra y se compromete con nuestro dolor. Siempre está presente allí. Esta es «la buena noticia» (v. 18) que Jesús proclama ante la mirada sorprendida de todos: Dios es cercano y quiere cuidar de mí, de ti, de todos. Y este es el modo de tratar de Dios: la cercanía. Él se define a sí mismo de esta manera; dice al pueblo, en Deuteronomio: «¿Cuál es la gran nación que tenga dioses tan cercanos como el Señor, nuestro Dios, cuando lo invocamos?» (cf. Dt 4,7). Él es un Dios cercano, compasivo y tierno, quiere aliviarte de las cargas que te aplastan, quiere caldear el frío de tus inviernos, quiere iluminar tus días oscuros, quiere sostener tus pasos inciertos. Y lo hace con su Palabra, con la que te habla para volver a encender la esperanza en medio de las cenizas de tus miedos, para hacer que vuelvas a encontrar la alegría en los laberintos de tus tristezas, para llenar de esperanza la amargura de tus soledades. Él te hace caminar, no dentro de un laberinto, más bien por el camino, para encontrarlo cada día.
Hermanos, hermanas, preguntémonos: ¿llevamos en el corazón esta imagen liberadora de Dios, del Dios cercano, compasivo y tierno o pensamos que sea un juez riguroso, un rígido aduanero de nuestra vida? ¿Nuestra fe genera esperanza y alegría o me pregunto si entre nosotros está todavía determinada por el miedo? ¿Qué rostro de Dios anunciamos en la Iglesia, el Salvador que libera y cura o el Dios Temible que aplasta bajo los sentimientos de culpa? Para convertirnos al Dios verdadero, Jesús nos indica de dónde debemos partir: de la Palabra. Ella, contándonos la historia del amor que Dios tiene por nosotros, nos libera de los miedos y de los conceptos erróneos sobre Él, que apagan la alegría de la fe. La Palabra derriba los falsos ídolos, desenmascara nuestras proyecciones, destruye las representaciones demasiado humanas de Dios y nos muestra su rostro verdadero, su misericordia. La Palabra de Dios nutre y renueva la fe, ¡volvamos a ponerla en el centro de la oración y de la vida espiritual! Al centro la Palabra que nos revela como es Dios y nos hace cercanos a Él.
Y ahora, el segundo aspecto: la Palabra nos lleva al hombre. Justamente cuando descubrimos que Dios es amor compasivo, vencemos la tentación de encerrarnos en una religiosidad sacra, que se reduce a un culto exterior, que no toca ni transforma la vida. Esta es idolatría, escondida y refinada, pero idolatría al fin. La Palabra nos impulsa a salir fuera de nosotros mismos para ponernos en camino al encuentro de los hermanos con la única fuerza humilde del amor liberador de Dios. En la sinagoga de Nazaret Jesús nos revela precisamente esto: Él es enviado para ir al encuentro de los pobres – que somos todos nosotros – y liberarlos. No vino a entregar una serie de normas o a oficiar alguna ceremonia religiosa, sino que descendió a las calles del mundo para encontrarse con la humanidad herida, para acariciar los rostros marcados por el sufrimiento, para sanar los corazones quebrantados, para liberarnos de las cadenas que nos aprisionan el alma. De este modo nos revela cuál es el culto que más agrada a Dios: hacernos cargo del prójimo. Volvamos sobre esto. En el momento en el que en la Iglesia están las tentaciones de la rigidez, que es una perversión, y se cree que encontrar a Dios es hacerse más rígido, con más normas, las cosas justas, las cosas claras… no es así. Cuando nosotros veremos propuestas rígidas, inmediatamente pensemos: esto es un ídolo, no es Dios, nuestro Dios no es así.
Hermanas y hermanos, la rigidez no nos cambia solo nos esconde, la Palabra de Dios nos cambia. Y lo hace penetrando en el alma como una espada (cf. Hb 4,12). Porque, si por una parte consuela, revelándonos el rostro de Dios, por otra parte provoca y sacude, mostrándonos nuestras contradicciones y poniéndonos en crisis. No nos deja tranquilos, si quien paga el precio de esta tranquilidad es un mundo desgarrado por la injusticia y el hambre, y quienes sufren las consecuencias son siempre los más débiles. Siempre pagan los más débiles. La Palabra pone en crisis esas justificaciones nuestras que siempre hacen depender aquello que no funciona del otro o de los otros. Cuánto dolor sentimos al ver morir en el mar a nuestros hermanos y hermanas porque no los dejan desembarcar. Y esto lo hacen algunos en nombre de Dios. La Palabra de Dios nos invita a salir al descubierto, a no escondernos detrás de la complejidad de los problemas, detrás del “no hay nada que hacer” o del “¿qué puedo hacer yo?” o del “es un problema de ellos o de él”. Nos exhorta a actuar, a unir el culto a Dios y el cuidado del hombre. Porque la Sagrada Escritura no nos ha sido dada para entretenernos, para mimarnos en una espiritualidad angélica, sino para salir al encuentro de los demás y acercarnos a sus heridas. Hablé de rigidez, de ese pelagianismo moderno, que es una de las tentaciones de la Iglesia. Y buscar una espiritualidad angélica, es la otra tentación de hoy: los movimientos espirituales gnósticos, el gnosticismo, que te ofrece una Palabra de Dios que te pone “en órbita” y no te deja tocar la realidad. La Palabra que se ha hecho carne (cf. Jn 1,14) quiere encarnarse en nosotros. No nos aleja de la vida, sino que nos introduce en la vida, en las situaciones de todos los días, en la escucha de los sufrimientos de los hermanos, del grito de los pobres, de la violencia y las injusticias que hieren la sociedad y el planeta, para no ser cristianos indiferentes sino laboriosos, cristianos creativos, cristianos proféticos.
«Esta lectura que acaban de oír – dice Jesús – se ha cumplido hoy» (Lc 4,21). La Palabra quiere encarnarse hoy, en el tiempo que vivimos, no en un futuro ideal. Una mística francesa del siglo pasado, que eligió vivir el Evangelio en las periferias, escribió que la Palabra del Señor no es «“letra muerta”, sino espíritu y vida. […] Las condiciones de la escucha que reclama de nosotros la Palabra del Señor son las de nuestro “hoy”: las circunstancias de nuestra vida cotidiana y las necesidades de nuestro prójimo» (M. Delbrêl, La alegría de creer, Sal Terrae, Santander 1997, 242-243). Entonces, preguntémonos: ¿queremos imitar a Jesús, ser ministros de liberación y de consolación para los demás poniendo en práctica la Palabra? ¿Somos una Iglesia dócil a la Palabra; una Iglesia con capacidad de escuchar a los demás, que se compromete a tender la mano para aliviar a los hermanos y las hermanas de aquello que los oprime, para desatar los nudos de los temores, liberar a los más frágiles de las prisiones de la pobreza, del cansancio interior y de la tristeza que apaga la vida? ¿Queremos esto?
En esta celebración, algunos de nuestros hermanos y hermanas son instituidos lectores y catequistas. Están llamados a la tarea importante de servir el Evangelio de Jesús, de anunciarlo para que su consuelo, su alegría y su liberación lleguen a todos. Esta es también la misión de cada uno de nosotros: ser anunciadores creíbles, ser profetas de la Palabra en el mundo. Por eso, apasionémonos por la Sagrada Escritura. Dejémonos escrutar interiormente por la Palabra de Dios, que revela la novedad de Dios y nos lleva a amar a los demás sin cansarse. ¡Volvamos a poner la Palabra de Dios en el centro de la pastoral y de la vida de la Iglesia! Así nos libraremos de todo pelagianismo rígido, de toda rigidez, y nos libraremos también de la ilusión de una espiritualidad que nos pone “en órbita” sin cuidar de nuestros hermanos y hermanas. Volvamos a poner la Palabra de Dios en el centro de la pastoral y de la vida de la Iglesia. Escuchémosla, recemos con ella, pongámosla en práctica.
PAPA FRANCISCO
27
LUNES 27
Verde / blanco Feria o SANTA ANGELA DE MERICI, Virgen, MR pp. 670 y 913 [685 y 913] / Lecc. I p. 531
Fundó en Italia la orden de las Ursulinas para la educación de las jovencitas y para misiones. Estableció unas reglas que no prescribían ni clausura ni muchas devociones, sino que insistían en la búsqueda de contactos humanos, guiados por la prudencia y el amor (1470-1540).
ANTÍFONA DE ENTRADA
Esta virgen sabia y prudente salió al encuentro de Cristo con la lámpara encendida.
ORACIÓN COLECTA
Te pedimos, Señor, que santa Ángela Mérici, virgen, no deje de encomendarnos a tu bondad, para que, imitando el testimonio de su caridad y prudencia, podamos conservar tus enseñanzas y proclamarlas con nuestra vida.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
De la carta a los hebreos 9, 15. 24-28
Hermanos: Cristo es el mediador de una alianza nueva. Con su muerte hizo que fueran perdonados los delitos cometidos durante la antigua alianza, para que los llamados por Dios pudieran recibir la herencia eterna que él les había prometido.
Porque no entró Cristo en el santuario de la antigua alianza, construido por mano de hombres y que sólo era figura del verdadero, sino en el cielo mismo, para estar ahora en la presencia de Dios, intercediendo por nosotros.
En la antigua alianza, el sumo sacerdote entraba cada año en el santuario para ofrecer una sangre que no era la suya; pero Cristo no tuvo que ofrecerse una y otra vez a sí mismo en sacrificio, porque en tal caso habría tenido que padecer muchas veces desde la creación del mundo. De hecho, él se manifestó una sola vez, en el momento culminante de la historia, para destruir el pecado con el sacrificio de sí mismo.
Y así como está determinado que los hombres mueran una sola vez y que después de la muerte venga el juicio, así también Cristo se ofreció una sola vez para quitar los pecados de todos. Al final se manifestará por segunda vez, pero ya no para quitar el pecado, sino para salvación de aquellos que lo aguardan y en él tienen puesta su esperanza.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL (SALMO 97)
R/. Cantemos al Señor un canto nuevo.
Cantemos al Señor un canto huevo, pues ha hecho maravillas. Su diestra y su santo brazo le han dado la victoria. R/.
El Señor ha dado a conocer su victoria y ha revelado a las naciones su justicia. Una vez más ha demostrado Dios su amor y su lealtad hacia Israel. R/.
La tierra entera ha contemplado la victoria de nuestro Dios. Que todos los pueblos y naciones aclamen con júbilo al Señor. R/.
Cantemos al Señor al son del arpa, suenen los instrumentos. Aclamemos al son de los clarines al Señor, nuestro rey. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Cfr. 2 Tim 1, 10)
R/. Aleluya, aleluya.
Jesucristo, nuestro Salvador, ha vencido la muerte y ha hecho resplandecer la vida por medio del Evangelio. R/.
EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Marcos 3, 22-30
En aquel tiempo, los escribas que habían venido de Jerusalén, decían acerca de Jesús: “Este hombre está poseído por Satanás, príncipe de los demonios, y por eso los echa fuera”.
Jesús llamó entonces a los escribas y les dijo en parábolas: “¿Cómo puede Satanás expulsar a Satanás? Porque si un reino está dividido en bandos opuestos no puede subsistir. Una familia dividida tampoco puede subsistir. De la misma manera, si Satanás se rebela contra sí mismo y se divide, no podrá subsistir, pues ha llegado su fin. Nadie puede entrar en la casa de un hombre fuerte y llevarse sus cosas, si primero no lo ata. Sólo así podrá saquear la casa.
Yo les aseguro que a los hombres se les perdonarán todos sus pecados y todas sus blasfemias. Pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo nunca tendrá perdón; será reo de un pecado eterno”. Jesús dijo esto, porque lo acusaban de estar poseído por un espíritu inmundo.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
REFLEXIÓN
Jesús rechaza estar endemoniado, a partir del principio lógico de que Satanás no puede estar en contra de sí mismo. Nuestro Salvador, efectivamente, está contra el demonio, es más fuerte que él y por eso puede vencerlo. Al cerrarse a aceptar lo evidente, esto se convierte en una imperdonable «blasfemia contra el Espíritu Santo». En ella incurren aquellos que se obstinan en no reconocerlo como el «Enviado» del Padre. Este Espíritu del Resucitado – con sus multiformes dones de gracia– es principio irremplazable de cohesión y unidad en toda auténtica comunidad de creyentes.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, los dones que la Iglesia te ofrece en memoria de tus santos y haz que este sacrificio impregne de tu amor todas nuestras actividades.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 8, 12
Yo soy la luz del mundo, dice el Señor; el que me sigue no camina en tinieblas, porque tiene la luz de la vida.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que el Cuerpo y la Sangre de Cristo que hemos recibido en este sacramento, nos den fuerza, Señor, para que, a ejemplo de santa Ángela, podamos comunicar a los demás la luz de la verdad y el fuego de tu amor.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
28
MARTES 28
Blanco, Memoria, SANTO TOMÁS DE AQUINO, Presbítero y Doctor de La Iglesia, MR pp. 670 y 909 [686 y 948] / Lecc. I p. 536
Realiza espléndidamente el ideal dominicano: contemplar y transmitir el fruto de la contemplación. Fue filósofo y teólogo y maestro de ambas disciplinas. Tuvo una capacidad inmensa para reflexionar, para enseñar y para escribir. Pero, más que nada, se entregó a la contemplación y a la oración y se sujetó a un reglamente inflexible para llegar a aquel que es la luz (1225-1274).
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sir 15, 5
En medio de la Iglesia abrió su boca, y el Señor lo llenó del espíritu de sabiduría e inteligencia, y lo revistió de gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios maestro, que hiciste insigne a santo Tomas de Aquino por el anhelo de santidad y la dedicación a las ciencias sagradas, concédenos comprender sus enseñanzas e imitar el ejemplo de su vida.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
De la carta a los hebreos 10, 1-10
Hermanos: Puesto que la ley de la antigua alianza no contiene la imagen real de los bienes definitivos, sino solamente una sombra de ellos, es absolutamente incapaz, por medio de los sacrificios, siempre iguales y ofrecidos sin cesar año tras año, de hacer perfectos a quienes intentan acercarse a Dios. Porque si la ley fuera capaz de ello, ciertamente tales sacrificios hubieran dejado de ofrecerse, puesto que los que practican ese culto, de haber sido purificados para siempre, no tendrían ya conciencia de pecado. Por el contrario, con esos sacrificios se renueva cada año la conciencia de los pecados, porque es imposible que pueda borrarlos la sangre de toros y machos cabríos.
Por eso, al entrar al mundo, Cristo dijo, conforme al salmo: No quisiste víctimas ni ofrendas; en cambio, me has dado un cuerpo. No te agradaron los holocaustos ni los sacrificios por el pecado; entonces dije –porque a mí se refiere la Escritura–: “Aquí estoy, Dios mío; vengo para cumplir tu voluntad”.
Comienza por decir: No quisiste víctimas ni ofrendas, no te agradaron los holocaustos ni los sacrificios por el pecado – siendo así que eso es lo que pedía la ley–; y luego añade: “Aquí estoy, Dios mío; vengo para cumplir tu voluntad”.
Con esto, Cristo suprime los antiguos sacrificios, para establecer el nuevo. Y en virtud de esta voluntad, todos quedamos santificados por la ofrenda del cuerpo de Jesucristo, hecha de una vez por todas.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL (SALMO 39)
R/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Esperé en el Señor con gran confianza; él se inclinó hacia mí y escuchó mis plegarias. El me puso en la boca un canto nuevo, un himno a nuestro Dios. R/.
Sacrificios y ofrendas no quisiste, abriste, en cambio, mis oídos a tu voz. No exigiste holocaustos por la culpa, así que dije: “Aquí estoy”. R/.
He anunciado tu justicia en la gran asamblea; no he cerrado mis labios, tú lo sabes, Señor. R/.
No callé tu justicia, antes bien, proclamé tu lealtad y tu auxilio. Tu amor y tu lealtad no los he ocultado a la gran asamblea. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Cfr. Mt 11, 25)
R/. Aleluya, aleluya.
Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado los misterios del Reino a la gente sencilla. R/.
EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Marcos 3, 31-35
En aquel tiempo, llegaron a donde estaba Jesús, su madre y sus parientes; se quedaron fuera y lo mandaron llamar. En torno a él estaba sentada una multitud, cuando le dijeron: “Ahí fuera están tu madre y tus hermanos, que te buscan”.
Él les respondió: “¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?” Luego, mirando a los que estaban sentados a su alrededor, dijo: “Estos son mi madre y mis hermanos. Porque el que cumple la voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre”.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
REFLEXIÓN
La llegada inesperada de la madre y de los familiares más próximos, mientras Jesús se está dirigiendo a la multitud, le permite hablar –en forma abierta, aunque no inmediatamente inteligible– de otro “parentesco” real, que de ahora en adelante Él tendrá en gran aprecio. Haciendo fielmente la voluntad de Dios, cualquiera de sus discípulos puede llegar a ser «hermano» o «hermana» de Jesús. Los lazos de sangre, incluso los maternos, se ven así superados por los de la dinámica y universal “identidad espiritual” en Cristo (Cfr. Gal 3, 28 y 4, 19).
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que te agrade, Dios nuestro, el sacrificio que alegres te presentamos en la fiesta de santo Tomás de Aquino, por cuyas enseñanzas te alabamos y nos entregamos enteramente a ti.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Lc 12, 42
Éste es el siervo fiel y prudente, a quien el Señor puso al frente de su familia, para darles a su tiempo la ración de trigo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
A quienes alimentas con Cristo, pan de vida, instrúyenos, Señor, por Cristo, verdadero maestro, para que, en la festividad de santo Tomás de Aquino, aprendamos tu verdad y la llevemos a la práctica en la caridad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
29
MIÉRCOLES 29
Verde / Blanco Feria o Misa de San José, MR p. 1146 [1197] / Lecc. I p. 540
ANTÍFONA DE ENTRADA Lc 12, 42
Este es el siervo fiel y prudente a quien el Señor puso al frente de su familia.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que en tu inefable providencia te dignaste elegir a san José como esposo de la santísima Madre de tu Hijo, concédenos que merezcamos tener como intercesor en el cielo a quien veneramos como protector en la tierra.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
De la carta a los hebreos 10, 11-18
Hermanos: En la antigua alianza los sacerdotes ofrecían en el templo, diariamente y de pie, los mismos sacrificios, que no podían perdonar los pecados. Cristo, en cambio, ofreció un solo sacrificio por los pecados y se sentó para siempre a la derecha de Dios; no le queda sino aguardar a que sus enemigos sean puestos bajo sus pies. Así, con una sola ofrenda, hizo perfectos para siempre a los que ha santificado.
Lo mismo atestigua el Espíritu Santo, que dice en un pasaje de la Escritura: La alianza que yo estableceré con ellos, cuando lleguen esos días, palabra del Señor, es ésta: Voy a poner mi ley en lo más profundo de su mente y voy a grabarla en sus corazones. Y prosigue después: Yo les perdonaré sus culpas y olvidaré para siempre sus pecados.
Ahora bien, cuando los pecados han sido perdonados, ya no hacen falta más ofrendas por ellos.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL (SALMO 109)
R/. Tú eres sacerdote para siempre.
Esto ha dicho el Señor a mi Señor: “Siéntate a mi derecha; yo haré de tus contrarios el estrado donde pongas los pies”. R/.
Extenderá el Señor desde Sión tu cetro poderoso y tú dominarás al enemigo. R/.
Es tuyo el señorío; el día en que naciste, en los montes sagrados, te consagró el Señor antes del alba. R/.
Juró el Señor y no ha de retractarse: “Tú eres sacerdote para siempre, como Melquisedec”. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Cfr. Lc 8, 11)
R/. Aleluya, aleluya.
La semilla es la palabra de Dios y el sembrador es Cristo; todo aquel que lo encuentra vivirá para siempre. R/.
EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Marcos 4, 1-20
En aquel tiempo, Jesús se puso a enseñar otra vez junto al lago, y se reunió una muchedumbre tan grande, que Jesús tuvo que subir en una barca; ahí se sentó, mientras la gente estaba en tierra, junto a la orilla. Les estuvo enseñando muchas cosas con parábolas y les decía: “Escuchen. Salió el sembrador a sembrar. Cuando iba sembrando, unos granos cayeron en la vereda; vinieron los pájaros y se los comieron. Otros cayeron en terreno pedregoso, donde apenas había tierra; como la tierra no era profunda, las plantas brotaron enseguida; pero cuando salió el sol, se quemaron, y por falta de raíz, se secaron. Otros granos cayeron entre espinas; las espinas crecieron, ahogaron las plantas y no las dejaron madurar. Finalmente, los otros granos cayeron en tierra buena; las plantas fueron brotando y creciendo y produjeron el treinta, el sesenta o el ciento por uno”. Y añadió Jesús: “El que tenga oídos para oír, que oiga”.
Cuando se quedaron solos, sus acompañantes y los Doce le preguntaron qué quería decir la parábola. Entonces Jesús les dijo: “A ustedes se les ha confiado el secreto del Reino de Dios; en cambio, a los que están fuera, todo les queda oscuro; así, por más que miren, no verán; por más que oigan, no entenderán; a menos que se arrepientan y sean perdonados”.
Y les dijo a continuación: “Si no entienden esta parábola, ¿cómo van a comprender todas las demás? ‘El sembrador’ siembra la palabra. ‘Los granos de la vereda’ son aquellos en quienes se siembra la palabra, pero cuando la acaban de escuchar, viene Satanás y se lleva la palabra sembrada en ellos. ‘Los que reciben la semilla en terreno pedregoso’, son los que, al escuchar la palabra, de momento la reciben con alegría; pero no tienen raíces, son inconstantes, y en cuanto surge un problema o una contrariedad por causa de la palabra, se dan por vencidos. ‘Los que reciben la semilla entre espinas’ son los que escuchan la palabra; pero por las preocupaciones de esta vida, la seducción de las riquezas y el deseo de todo lo demás, que los invade, ahogan la palabra y la hacen estéril. Por fin, ‘los que reciben la semilla en tierra buena’ son aquellos que escuchan la palabra, la aceptan y dan una cosecha: unos, de treinta; otros, de sesenta; y otros, de ciento por uno”.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
REFLEXIÓN
San Marcos nos presenta una colección de cinco parábolas, la primera de las cuales es la del «sembrador». Ésta encuentra una explicación inmediata por parte del mismo Jesús. Él prevé diversas reacciones ante la Palabra de Dios, según el tipo de «terreno» y de acuerdo al mucho o poco empeño en cultivar tan preciosa «semilla». Luego –y evocando a Isaías 6, 9-10– parece hacer un sereno balance sobre el resultado de su predicación, al exhortar a los suyos a no perder la confianza. Efectivamente: el Reino de Dios tendrá, al final de cuentas, un éxito insospechado.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Al prepararnos a ofrecerte, Padre santo, este sacrificio de alabanza, te suplicamos que para cumplir la misión que nos has confiado nos ayude la intercesión de san José, a quien concediste cuidar en la tierra, haciendo las veces de padre, a tu Unigénito.
Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 25, 21
Alégrate, siervo bueno y fiel. Entra a compartir el gozo de tu Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Renovados con este sacramento que da vida, te rogamos, Señor, que nos concedas vivir para ti en justicia y santidad, a ejemplo y por intercesión de san José, el varón justo y obediente que contribuyó con sus servicios a la realización de tus grandes misterios.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
30
JUEVES 30
Feria del Tiempo Ordinario: Jueves de la 3a. semana
ANTÍFONA DE ENTRADA
Oye, Señor, mi voz y mis clamores. Ven en mi ayuda, no me rechaces, ni me abandones, Dios, salvador mío.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, fortaleza de los que en ti esperan, acude, bondadoso, a nuestro llamado y puesto que sin ti nada puede nuestra humana debilidad, danos siempre la ayuda de tu gracia, para que, en el cumplimiento de tu voluntad, te agrademos siempre con nuestros deseos y acciones.
Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.
PRIMERA LECTURA
De la carta a los hebreos 10, 19-25
Hermanos: En virtud de la sangre de Jesucristo, tenemos la seguridad de poder entrar en el santuario, porque él nos abrió un camino nuevo y viviente a través del velo, que es su propio cuerpo. Asimismo, en Cristo tenemos un sacerdote incomparable al frente de la casa de Dios. Acerquémonos, pues, con sinceridad de corazón, con una fe total, limpia la conciencia de toda mancha y purificado el cuerpo por el agua saludable. Mantengámonos inconmovibles en la profesión de nuestra esperanza, porque el que nos hizo las promesas es fiel a su palabra. Estimulémonos mutuamente con el ejemplo al ejercicio de la caridad y las buenas obras.
No abandonemos, como suelen hacerlo algunos, la costumbre de asistir a nuestras asambleas; al contrario, animémonos los unos a los otros, tanto más, cuanto que vemos que el día del Señor se acerca.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL (SALMO 23)
R/. Busquemos a Dios, nuestro Señor.
Del Señor es la tierra y lo que ella tiene, el orbe todo y los que en él habitan, pues él lo edificó sobre los mares, él fue quien lo asentó sobre los ríos. R/.
¿Quién subirá hasta el monte del Señor? ¿Quién podrá entrar en su recinto santo? El de corazón limpio y manos puras y que no jura en falso. R/.
Ese obtendrá la bendición de Dios, y Dios, su salvador, le hará justicia. Esta es la clase de hombres que te buscan y vienen ante ti, Dios de Jacob. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Sal 118, 105)
R/. Aleluya, aleluya.
Tus palabras, Señor, son una antorcha para mis pasos y una luz en mi sendero. R/.
EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Marcos 4, 21-25
En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: “¿Acaso se enciende una vela para meterla debajo de una olla o debajo de la cama? ¿No es para ponerla en el candelero? Porque si algo está escondido, es para que se descubra; y si algo se ha ocultado, es para que salga a la luz. El que tenga oídos para oír, que oiga”.
Siguió habiéndoles y les dijo: “Pongan atención a lo que están oyendo. La misma medida que utilicen para tratar a los demás, esa misma se usará para tratarlos a ustedes, y con creces.
Al que tiene, se le dará; pero al que tiene poco, aun eso poco se le quitará”.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
REFLEXIÓN
El pasaje evangélico gira en torno a lo que podríamos llamar dos “parábolas-proverbio”: la de la «lámpara» que ha de iluminar toda la casa y la de la «medida» con la que medimos y seremos medidos. Estas tan ilustrativas imágenes ponen así de manifiesto la natural contraposición entre la luz y las tinieblas, entre la fe y la incredulidad. En este sentido, toda nuestra vida, con sus criterios y valores –y sobre todo con nuestro propio comportamiento– se convierte en una realidad paradójica y desconcertante acerca de lo que quiere decir “tener mucho” o “tener poco”.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Tú que con este pan y este vino que te presentamos das al género humano el alimento que lo sostiene y el sacramento que lo renueva, concédenos, Señor, que nunca nos falte esta ayuda para el cuerpo y el alma.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN
Una sola cosa he pedido y es lo único que busco, habitar en la casa del Señor todos los días de mi vida.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, que esta santa comunión, que acabamos de recibir, así como significa la unión de los fieles en ti, así también lleve a efecto la unidad en tu Iglesia.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
31
VIERNES 31
Blanco, Memoria, SAN JUAN BOSCO, Presbítero, MR pp. 671 y 900 [686 y 939] / Lecc. I p. 549
En Turín, Italia, siendo sacerdote, dedicó toda su vida a los jóvenes del pueblo, aunque sus aspiraciones se extendieron más allá de esa región italiana. Fundó la congregación de los salesianos y la de María Auxiliadora, que se pondrían al servicio de la juventud del mundo entero (1815-1888).
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 131, 9
Que tus sacerdotes, Señor, se revistan de justicia, y tus fieles se llenen de júbilo.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que suscitaste a san Juan Bosco, presbítero, como padre y maestro de la juventud, concédenos que, inflamados por un amor semejante al suyo, busquemos el bien de las almas y vivamos entregados a tu servicio.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
De la carta a los hebreos 10, 32-39
Hermanos: Recuerden aquellos primeros días en que, recién iluminados por el bautismo, tuvieron ustedes que afrontar duros y dolorosos combates. Unas veces fueron expuestos públicamente a los insultos y tormentos. Otras, compartieron los sufrimientos de los hermanos que eran maltratados, se compadecieron de los que estaban en la cárcel y aceptaron con alegría que los despojaran de sus propios bienes, sabiendo ustedes que están en posesión de otros, mejores y perdurables. Por lo tanto no pierdan la confianza, pues la recompensa es grande. Lo que ahora necesitan es la perseverancia, para que, cumpliendo la voluntad de Dios, alcancen lo prometido.
Atiendan a lo que dice la Escritura: Pronto, muy pronto, el que ha de venir vendrá y no tardará; y mi justo, si permanece fiel, vivirá; pero si desconfía, dejará de agradarme. Ahora bien, nosotros no somos de los que desconfían y perecen, sino hombres de fe, destinados a salvarnos.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL (SALMO 36)
R/. La salvación del justo es el Señor
Pon tu esperanza en Dios, practica el bien y vivirás tranquilo en esta tierra. Busca en él tu alegría y te dará el Señor cuanto deseas. R/.
Pon tu vida en las manos del Señor, en él confía, y hará que tu virtud y tus derechos brillen igual que el sol de mediodía. R/.
Porque aprueba el camino de los justos, asegura el Señor todos sus pasos; no quedarán por tierra cuando caigan, porque el Señor los tiene de su mano. R/.
La salvación del justo es el Señor; en la tribulación él es su amparo. A quien en él confía, Dios lo salva de los hombres malvados. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Cfr. Mt 11, 25)
R/. Aleluya, aleluya.
Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado los misterios del Reino a la gente sencilla. R/.
EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Marcos 4, 26-34
En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: “El Reino de Dios se parece a lo que sucede cuando un hombre siembra la semilla en la tierra; que pasan las noches y los días, y sin que él sepa cómo, la semilla germina y crece; y la tierra, por si sola, va produciendo el fruto: primero los tallos, luego las espigas y después los granos en las espigas. Y cuando ya están maduros los granos, el hombre echa mano de la hoz, pues ha llegado el tiempo de cosecha”.
Les dijo también: “¿Con qué compararemos el reino de Dios? ¿Con qué parábola lo podremos representar? Es como una semilla de mostaza que, cuando se siembra, es la más pequeña de las semillas; pero una vez sembrada, crece y se convierte en el mayor de los arbustos y echa ramas tan grandes, que los pájaros pueden anidar a su sombra”.
Y con otras muchas parábolas semejantes les estuvo exponiendo su mensaje, de acuerdo con lo que ellos podían entender. Y no les hablaba sino en parábolas; pero a sus discípulos les explicaba todo en privado.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
REFLEXIÓN
La parábola de la semilla que crece por sí misma –exclusiva de san Marcos– junto con la del granito de mostaza ponen en evidencia que el Reino de Dios tiene una íntima fuerza interior.
Este dinamismo madurador ha de ser humilde y gozosamente reconocido por cada uno de nosotros. En los orígenes de nuestra salvación no es un proyecto nuestro lo que más cuenta, sino la insondable e imprescindible «gracia de Dios», que normalmente alcanza sus metas valiéndose de medios pobres y, por lo mismo, absolutamente insuficientes.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Contempla, Señor, los dones que presentamos en tu altar en la conmemoración de san Juan Bosco, y del mismo modo que, por estos santos misterios, le diste a él la gloria, concédenos también a nosotros tu perdón.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Mt 24, 46-47
Dichoso el servidor a quien su amo, al volver, lo encuentre cumpliendo con su deber; yo les aseguro que le confiará todos sus bienes.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que esta mesa celestial, Dios todopoderoso, robustezca y aumente el vigor espiritual de todos los que celebramos la festividad de san Juan Bosco, para que conservemos íntegro el don de la fe y caminemos por el sendero de la salvación que él nos señaló.
Por Jesucristo, nuestro Señor.